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publicado el 14 de septiembre de 2012

Vida en sombras (1948) es el único largometraje profesional del cineasta catalán Lorenzo Llobet Gracia (1911-1976) y está considerada una de las mejores películas hechas en nuestro país. Rodada con poquísimos recursos en 1948, maltratada por la censura y olvidada durante años, la película se podrá ver restaurada en una copia digital en la 60ª edición del Festival de San Sebastián y el 27 de octubre en el festival de Sitges, coincidiendo con el Día Mundial del Patrimonio Audiovisual.

La película es la obra cumbre de un cineasta amateur que goza de una cierta aureola mítica después de su proyección en el festival de Venecia en 2008, muchos años después de la muerte de su autor. El filme muestra la relación vital del protagonista, Carlos Duran, con el cine, desde su nacimiento en una barraca de feria donde proyectan películas de los hermanos Lumière, hasta ser reportero y finalmente director. La Guerra Civil afectará profundamente su vida familiar pero, a pesar de los contratiempos, el cine seguirá siendo el motivo de la su existencia. Vida en sombras es, ante todo, la biografía de un hombre apasionado por el cine. En el reparto destacan Fernando Fernán Gómez, en el papel de Carlos y María Dolores Pradera, en el de su esposa Ana.

La historia de Carlos Durán no es la historia de Llobet-Gracia. Lo que comparten el autor y su personaje es la obsesión por el nuevo medio de expresión que había comenzado con el siglo y que ambos descubrieron en su infancia. Uno de los títulos de rodaje fue Hechizo, que luego se cambió por el definitivo de Vida en sombras, y este encantamiento es lo que refleja Fernando Fernán Gómez en su interpretación, alejada, como en toda la película, del realismo. Cine sobre cine, cine dentro del cine, Vida en sombras está planteada como un cuento moral y narrada como un sueño, a veces como una pesadilla.

Las dificultades comerciales y administrativas que sufrió el filme en su época hacer que la versión que finalmente se pudo estrenar, cuatro años después de finalizar, no fuera la que el director dejó en su primer montaje, ya que la misma empresa productora introdujo algunos cambios para lograr una mejor clasificación administrativa, de la cual dependía la subvención. Por otra parte, el escaso rendimiento comercial hizo que nadie se ocupara de conservar los negativos, ya que lo único que podía interesarse por ello, el mismo Llobet-Gracia, se había distanciado de la película, abrumado por problemas de su vida personal. Por este motivo, las únicas copias que sobrevivieron fueron las reducidas a 16 mm. En 1983, la Filmoteca Española en llevó a cabo una primera restauración a partir de las dos copias de 16 mm que entonces se pudieron localizar. Este trabajo se presentó en los festivales de Barcelona y Valladolid donde, por primera vez, Vida en sombras pudo enfrentarse con el público al que se dirigía. Los nuevos cines europeos, especialmente el francés, habían dejado atrás el cine clásico y en este postclasicismo había aparecido la modernidad. Apreciada por una nueva generación de espectadores, Vida en sombras es considerada desde entonces como una de las mejores películas jamás hechas en España. Esta misma versión restaurada se proyectar en el Festival de San Sebastián de 1988, en una sección denominada Cineastas
Efímeros.

En 2007 se localizó en Barcelona, en la colección Pedro Tresserra, una nueva copia de 16 mm de la película, que se depositó en el archivo de la Filmoteca de Cataluña. Este hallazgo permitió plantear una nueva restauración, contando esta vez con las posibilidades de la tecnología digital. El resultado de este trabajo es el que se presenta ahora

Los trabajos de restauración los han impulsado la Filmoteca de Catalunya, Filmoteca Española y el laboratorio Deluxe Barcelona. El proyecto ha contado con el apoyo de Antonia y Beatriz Llobet, y de Núria Tresserra.


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