publicado el 11 de noviembre de 2009
Christian Alvart:
Albert Rodriguez Modolell |
El caso de Christian Alvart (Frankfurt, 1974) es muy habitual en Hollywood. Un desconocido director alemán que apunta buenas maneras con su debut Anticuerpos, un thriller con asesino en serie y de capital alemán, ficha por un estudio estadounidense, en su caso la Paramount, para rodar por encargo un previsible filme de suspense: Expediente 39.
Aquí termina lo habitual. Por suerte para él, cae en sus manos un guión de Travis Milloy sobre siniestros viajes espaciales que se parece mucho a una historia en la que estaba trabajando él mismo. Entre los dos reescriben la historia y Alba acaba dirigiendo una película que produce Paul W. S. Anderson, productor de la saga de Resident Evil y director de otra película siniestra de viajes espaciales: Horizonte final. Pandorum es una película hecha por un fan de la ciencia ficción llena de referencias y pleitesías a otras películas del género. No obstante, apunta intenciones y no quiere ser un mero divertimento para mentes infantiles.
La película recuerda bastante a Alien… ¿Qué otras referencias tiene?
Obviamente los decorados y los elementos de la historia de Alien se encuentran en esta película, pero yo intenté hacer una película diferente. De hecho intenté no hacer Alien, ya que Alien es perfecta y no puedes mejorar esa película. Entonces ¿para qué intentarlo? La referencia sería 2001: una Odisea en el Espacio, una película muy interesante por qué Kubrick intentó prever el futuro y ser realista acerca de lo que vendría. He intentado mirar el viaje espacial considerando que los recursos se están acabando y que hay demasiada población en el mundo. Además, acabamos de poner en órbita un telescopio gigante para buscar una segunda Tierra. Dentro de 200 años no habrá 9.000 millones de personas sino 25.000, según dicen algunos científicos, así que tengo la esperanza de encontrar ese segundo planeta y saber qué ocurre en esa misión. Hay otra película que he tomado de referencia que se llama La noche de los muertos vivientes, la idea es que la casa que aparece es un microcosmos de la sociedad americana y de cómo funciona, con el racismo, las ansias de poder… en mi película he querido recrear el mismo microcosmos de ideas y de personajes, explorar la moral, la supervivencia del más fuerte…
¿Ha sido difícil recrear la nave espacial?
Fue difícil ya que construimos los decorados. La nave era un personaje más de la película y debía inspirar claustrofobia así que pensé que tenía que ser un decorado real, porque cuando estás construyendo algo tan grande como una nave surgen problemas y éstos influyen en lo que quieres hacer y este cambio hace que sea real. Los efectos creados por ordenador son menos reales porque puedes hacer lo que te de la gana, no están sujetos a las leyes físicas. En la vida real nunca será así: dentro de 200 años cuando construyan una nave espacial real se encontrarán con problemas que tendrán que resolver. Creo que estas limitaciones hacen que se sienta más real y el público se mete más en el mundo que has creado. Obviamente, en el fondo sí que hay extensiones creadas por ordenador pero, por ejemplo, el reactor es casi todo de verdad. Lo rodamos en una central eléctrica, la vaciamos, construimos el decorado… en el making off del DVD aparece la construcción de este decorado.
Casi toda la primera parte de la película está soportada por dos actores… ¿lo consideró un riesgo?
No. Creo que eso es genial. Si pudiera hacer una película de 40 millones de dólares con sólo dos actores, la haría. Pienso que la película es como un cortometraje con dos actores, seguido de otro corto de terror y un último corto de ciencia ficción… pero espero que las transiciones entre estos cortos -si no piensas en ellos, si no eres un crítico- son invisibles y apenas los notas.
¿Cuáles eran sus intenciones a la hora de hacer la película? ¿Querías hacer un homenaje a Alien?
Alien es una de mis películas favoritas pero todo el mundo sabe lo buena que es, no necesita que yo le haga un homenaje. Alien la conoce todo el mundo y sería una tontería robarle un plano.
¿Cómo fue trabajar con Paul W. S. Anderson como productor?
El papel principal que ha tenido ha sido encontrar el guión y pasármelo, ya que estaba muy ocupado con Death Race. Paul Anderson tuvo un papel importante, eso sí, cuando terminamos la película, la presentamos a la productora e hicimos el ensayo de la proyección. Me dijo “Tienes que defender este proyecto”. Tiene mucha experiencia en esto y nos guió en estas cuestiones políticas. A Paul Anderson le encantan las películas y es un tío muy agradable. La gente que le odia o bien no le conoce o son unos capullos.
¿Que piensa de esa carga existencial –creo que su película la tiene- que se está renovando en el cine actual?
Creo que a lo mejor tienes esa sensación porque te gustan este tipo de películas y buscas esta carga existencial. Yo sólo veo que se estrenan G.I Joe o Transformers y la gente quiere ir al cine para pasárselo bien. Siempre ha habido un público reducido para estas películas existenciales y creo que eso siempre se dará. Mi problema es que me gustan los dos tipos de cine e intento hacer películas para comer palomitas pero que no sean chorradas. Quizá hubo una época en los años setenta en que las películas comerciales sí eran inteligentes y me encanta esa época del cine. Ahora, si estás haciendo una película muy comercial y quieres meter elementos más serios o complicados la productora se acojona: “esto hay que quitarlo”. Por eso estoy muy orgulloso de mis productores ya que, aunque no todo el mundo entiende mi película no me hicieron cambiar nada. Es una película comercial pero con derecho… es muy difícil hacer una película así.
La mutación que aparece en la película es una idea interesante: mutar para adaptarse a un nuevo medio ¿Piensa explorarla en otra película?
No creo que pase mucho tiempo antes de que la ciencia empiece a hacer experimentos para mejorarnos como seres humanos. Cambiamos este gen y no tenemos cáncer. No se como será en España pero en Alemania la gente tiene mucho miedo. Aunque creo que es más complejo que todo esto: nuestro mundo está cambiando, se está volviendo más tóxico y creo que nos tocará adaptarnos, cambiarnos a nosotros mismos. Admito que da miedo pero sólo por eso no se puede parar la ciencia. Si nos dejamos gobernar por el miedo y no por la lógica nunca desarrollaremos una cura para el cáncer, por ejemplo.