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publicado el 13 de mayo de 2010

Entrevista a María Laura Casabé, directora de El Hada Buena

Pasarle paño al cine vernáculo argentino, eso es lo que pretende el Nuevo Cine Independiente, un movimiento cinematográfico de cineastas independientes que, a través de sus películas autogestionadas, están haciendo ruido en toda Sudamérica. Aprovechando el súmmum de la escena, entrevistamos a María Laura Casabé, cuya ópera prima El Hada Buena representa uno de los estandartes más altos de esta legión de jóvenes y atrevidos directores.

Hernán Panessi |

¿Qué es El Hada Buena?

El Hada Buena es una película realizada a los largo de seis años por un grupo independiente de Argentina llamado Horno Producciones.

El Hada Buena sucede en la Argentina, en un futuro más o menos lejano, más o menos cercano. Luego del desastre la autoridad ha decidido reinstalar el modelo benefactor peronista (Nota de redacción: Legendario movimiento político argentino, creado alrededor de la figura del ex presidente Juan Domingo Perón), o por lo menos, su estética y un vocabulario afín. La sociedad del momento hace un gran esfuerzo por copiar costumbres y aclama un holograma de un Perón que no es. Esther y Horacio, dos hermanos y únicos sobrevivientes de la que ha sido una acomodada familia se adaptan a los tiempos que corren. Adoptan niños en subastas populares con el objetivo de que alguno sea apadrinado por el presidente Perón. Sin resultados favorables hasta el momento, todo parece cambiar con la llegada del séptimo niño. Es la historia entonces de la carrera de Juan Domingo Séptimo y de su familia en la carrera por el apadrinamiento.

¿Es cierto que la hicieron con dinero de su bolsillo?

Es cierto, la película está absolutamente autofinanciada, poníamos plata de nuestros sueldos e hicimos fiestas para juntar la plata para seguir filmándola.

¿Cuántas personas estuvieron involucradas en la película?

¡Muchísimas! A lo largo de seis años se cuenta con un equipo enorme de gente, pero el equipo original serán, aproximadamente, unas 15 personas

¿Qué significa El Hada Buena para el cine argentino contemporáneo?

No lo se bien aún, creo que en este momento habla de un montón de producciones independientes financiadas por sus propios realizadores de mucha calidad que suceden en nuestro país desde hace años y que hoy, de a poco, comienzan a salir a la luz. Mucha gente de estas producciones participó en la película, y es como una suerte de hermandad o cofradía que se arma a partir de la falta de recursos y la necesidad de darse una mano. Estas películas tienen realmente muy pero muy buena calidad, porque la falta de recursos obliga a todos a tomar decisiones mucho más creativas para solucionar las cosas. El Hada Buena esta en los márgenes de la industria y eso permitió que fuese hecha con total libertad.

¿Qué tiene en común tu película con el cine fantástico argentino?

No hay mucho cine fantástico argentino oficial. El cine fantástico en este momento está hecho por realizadores independientes y creo que lo que tiene en común es la forma en que fue hecha y un poco comparte cierta manera de ver las cosas bastante afín.

¿Es tu primer proyecto en el cine fantástico o ya estuviste involucrada en otros?

Estuve dando una mano con el guión de Filmatrón (Pablo Parés, 2007), una película muy pero muy buena de los chicos de FARSA Producciones que son un poco el primer bastión de este tipo de cine.

¿Qué le dirías al público internacional si quisiera ver tu película?

Que es un película muy pero muy local. Habla de Argentina por todos lados y del peronismo. Es muy particular. Les diría que es una experiencia distinta, muchas veces en la línea del El Milagro de P. Tinto (Javier Fesser, 1998) y que, lo cierto, vale la pena acercase desprejuiciados a verla.

¿Hacia dónde va el cine independiente “de género” en la Argentina?

Espero que puede consagrarse y legitimarse. Realmente casi no había, antes de los 90s, cine de género argentino, todos los realizadores independientes que hacen cine de género crecieron viendo muchas películas de cine de aventuras, de terror, etcétera y sintieron tantas ganas de hacer películas que decidieron tomar la posta o el toro por las astas y llevar adelante sus proyectos, y esto es genial. Es cierto que hoy somos un muchísimos los que hacemos cine de género y está buenísimo que eso suceda. Así que ojalá en adelante se conozca mucho más de esta movida que hoy hace toda esta gente talentosa, que trabaja por amor al cine con películas súper imaginativas y muy bien hechas.


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