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publicado el 18 de mayo de 2010

El primer vuelo

Visionar Nausicaa, del Valle del Viento, segundo largometraje de Hayao Miyazaki y primero de los Estudios Ghibli [1], es reencontrarse de nuevo con las fuentes que han dotado de vida y movimiento al cine del genial autor japonés en los últimos años. Estrenada ahora en España por primera vez después de 20 años, la película no ha perdido un ápice de su aliento original a pesar del gran salto tecnológico que ha experimentado la animación desde la década de 1980 y, quizá por este motivo, conserva intacta su belleza.

Marta Torres | Mucho han cambiado las cosas desde que, en 1984, Hayao Miyazaki e Isao Takahata formalizaron su deseo de convertirse en productores independientes del cine de animación japonés con el estreno de Nausicaa del Valle del Viento, una obra que sigue siendo una de las favoritas de los amantes del anime en Japón. Su tardío estreno en nuestro país, de la mano de Aurum, actúa además como compensación a la malísima distribución que tuvo que soportar la película, víctima de la ceguera de la época, empeñada en empequeñecer el cine de animación y en considerarlo un producto destinado solamente al público infantil y, por tanto, a todo tipo de retoques y descabezamientos. Nausicaa del Valle del Viento en concreto perdió, en su camino hacia Occidente y a manos de New World Pictures, 40 minutos de metraje y parte del sentido de sus diálogos, retocados para que encajaran en los cánones de lo que se consideraba, entonces, una película de acción, algo que también incidió en su título, que pasó a ser Los guerreros del Viento.

Por si no fuera razón suficiente para acudir a su estreno, Nausicaa del Valle del Viento aporta las claves para interpretar toda la producción posterior de Miyazaki y funciona como un curso acelerado de los temas, la estética y la ética de la obra del genial animador japonés. Empecemos por lo más obvio.

Nausicaa del Valle del Viento
es una historia que Miyazaki tuvo tiempo de trabajar muy a fondo ya que la ideó primero como un cómic manga para adaptarla luego a una película de animación (si bien lo hizo cuando la historia estaba desarrollada a medias ya que el último tomo del manga se publicó en 1994 y la película se estrenó en 1984). De aquí su complejidad narrativa, sus impresionantes hallazgos estéticos y la extensa duración del metraje de la película, cercana a las dos horas. La historia nos sitúa en un futuro apocalíptico: han pasado mil años desde que las guerras han destruido prácticamente el planeta y unos pocos sobrevivientes malviven en una tierra emponzoñada donde se alternan zonas desérticas contaminadas y un bosque habitado por insectos gigantes y hostiles. Nausicaa es la joven princesa de un pequeño reino, protegido del aire contaminado gracias al viento constante que sopla del mar y a su peculiar orografía en forma de cañón. Las cosas cambiarán radicalmente cuando este territorio hacendoso y pacífico se cruce en el camino del vecino reino de Tormekia, que quiere resucitar a uno de los dioses de la guerra (fruto de la civilización industrial que acabó con el mundo) con el objetivo de aniquilar al bosque y a los insectos que lo habitan.

La película es básicamente una obra de inquietudes ecologistas y pacifistas que funciona como una fábula y también como un mito. A la manera de las fábulas clásicas, cuenta como un héroe (en este caso, una heroína a la que bautiza con un hombre clásico, Nausicaa, la joven princesa de los feacios que ayudó a Ulises en La Odisea de Homero) es capaz de ver un camino donde los demás sólo ven sombras e incertidumbres y se sacrifica para salvar a su pueblo. A la manera de los mitos, Nausicaa del Valle del Viento no deja de ser una historia de regreso a la pureza de los orígenes, una rúbrica del pacto entre el hombre y la naturaleza, roto hace años por una humanidad empeñada en dominar el mundo por los mecanismos de la ciencia y la tecnología. En este sentido, la película anticipa por temática a La princesa Mononoke, donde la humanidad también está enfrentada a su entorno, y por sensibilidad a Mi vecino Totoro o a Ponyo en el acantilado, en las que la relación entre el hombre y la naturaleza es más armónica que dialéctica y donde, además, el discurso de Miyazaki evoluciona desde la lucha al aprendizaje y la contemplación de la naturaleza. Aunque Nausicaa es más narrativa y se somete más a la literalidad de lo que cuenta que estas dos obras, de naturaleza casi abstracta y volcadas en el gozoso arte de animar.

De manera que Nausicaa del Valle del Viento es, para abreviar, una fábula-mito a la vieja usanza que describe la muerte y la resurrección de una tierra agonizante a través de la peripecia de un héroe (su joven protagonista). El discurso no es nuevo, de hecho es antiquísimo, pero el autor sabe narrarlo de manera que parece nuevo y emocionante: alternando la épica de las batallas aéreas con la emoción que sienten sus protagonistas, el movimiento del viento, los árboles o la naturaleza con la descripción pausada de un mundo no por horrible menos fascinante. Entre las referencias que maneja Miyazaki, se encuentra desde un antiguo cuento japonés, “La princesa que amaba a los insectos”, hasta la novela Dune, de Frank Herbert, que el realizador japonés había leído en la década de 1970 y que, más tarde, se adaptaría al cine de la mano de David Lynch. De Dune parece sacada una cierta estética entre medieval y futurista, así como los enormes insectos Ohmu de Nausicaa del Valle del Viento, que recorren el desierto como los gusanos de arena de la novela de Herbert y, como en esta obra, también tienen una relación ambivalente con el protagonista y significan, al mismo tiempo, la fuerza destructora y el potencial regenerador de la naturaleza.

Otro hallazgo de Nausicaa del Valle del Viento, y que será más tarde un tema muy querido por Miyazaki, (Porco Rosso, El castillo en el cielo, etc.) son los ingenios voladores y las batallas aéreas que parecen sacados de un sueño retrofuturista del realizador checoslovaco Karel Zeman. Naves de formas imposibles y pequeños ingenios aeronáuticos, entre ellos la veloz cabalgadura que monta la misma Nausicaa, convierten los cielos en grandes territorios a explorar, vivir o luchar. Los protagonistas se dejan llevar por los aires en viejas estructuras de latón, a merced de los vientos y de la voluntad de un director que parece decirnos que la imaginación es un territorio inestable pero abierto a la aventura.

  • [1] Nausicaa del Valle del Viento no fue exactamente la primera producción de Estudios Ghibli ya que la empresa no contaba con un equipo propio de animadores y contrató los servicios de otro estudio llamado Topcraft. Cuando más tarde la productora Tokuma decidió financiar la película, la gente de Topcraft se integró en Estudios Gibli.


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