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publicado el 27 de septiembre de 2012

La Academia de Cine ha escogido a Blancanieves, dirigida por Pablo Berger e interpretada por Macarena García y Maribel Verdú, para representarse en Hollywood y optar a los premios Oscar, una decisión que puede resultar peculiar y es, al mismo tiempo, la mejor y la peor opción posible. La película, que ha podido verse en el Festival de San Sebastian, se estrena el 28 de setiembre en España.

La pureza del cine mudo

Para empezar, el filme ha coincidido en un año en el que ya hemos visto dos producciones sobre el mismo personaje. El cuento de los hermanos Grimm ha inspirado la alegremente frívola Blancanieves (Mirror mirror) (2012) de Tarsem Singh y la oscura, seria y afectada Blancanieves y la leyenda del cazador de Rupert Sanders, con Kristen Stewart (Crepúsculo) en el papel de princesa. Esto, que en un principio jugó en contra de la producción de Berger, ha acabado por beneficiarla, ya que su versión es, de largo la más interesante. Blancanieves es una versión muda y en blanco y negro del cuento ambientada en la Andalucía de los años 20. El director bilbaíno convierte el cuento en un melodrama gótico y a la princesa del cuento en Carmen, una mujer racial con una infancia atormentada por su terrible madrastra, Encarna. Los siete enanitos, por su parte, son siete enanos toreros, lo que confiere a la película un delicioso aire a feria carnavalesca, un Freaks ambientado en el sur de España.

Pero sin duda lo mejor de la película es su apuesta por los descubrimientos más radicalmente modernos del cine mudo, marcados por un uso intensivo de la imagen que, privadas del habla, se vuelven más bellas y expresivas, oscuramente góticas. Además, apuesta valientemente por la música: toda la película está orquestada por soleares, lo que puede cansar a un público no muy dado a experimentos de este tipo pero que es en todo coherente con la idea que alumbró la película y con su particular homenaje al cine y sus posibilidades expresivas. Sin embargo, es en este aspecto donde Blancanieves podría flojear frente a los académicos. Su apuesta por el cine mudo recuerda demasiado a The Artist y es difícil que la Academia apueste dos años consecutivos por el mismo producto, aunque sea tan radical y bello como Blancanieves.

Denuncia de tortura animal

Por otra parte, una nota de prensa distribuida la plataforma Estrategia Animalista, conocida como plataforma La tortura no es cultura presentó un escrito ante la Dirección General de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid (Área de Protección Animal). En el escrito se afirma que la plataforma fue informada que se estaban sacando cadáveres de toros de lidia de la plaza de Aranjuez (Madrid), coincidiendo con el rodaje de una película en ese coso taurino. Según la plataforma “Una vez consultados los organismos oportunos (Plaza de toros de Aranjuez, Área de Espectáculos Públicos de la Consejería de Presidencia de la Comunidad de Madrid, Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid y Ayuntamiento de Aranjuez), se nos informó que existían permisos para la realización de dos lidias a puerta cerrada en la plaza de toros de la ciudad mencionada, que fueron aprovechadas para la filmación de las imágenes de la película en las que fueron estoqueados hasta la muerte varios toros.”

La demanda ha sido admitida a trámite por el juzgado de lo contencioso administrativo número 31 de Madrid.


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