¿El universo en cuatro baldosas?

Las representaciones extrañas y procaces gustan en los círculos esnobs por que dibujan en el aire la idea de un creador/mesías que puede cambiar la rutina de sus análisis (en absoluto por que les entretenga su muestrario). Summertime, la nueva película /tesis de Norberto Ramos del Val es un fresquito tinto de verano servido por un 'dadaísta' sin recursos (con perdón por utilizar un término tan burgués en el sustrato de un filme low cost). Cine afásico puesto al servicio de la provocación inteligente, y es que donde no llegan los recursos llega una filosofía de vida o una pulsión infantil hecha realidad.

Lluís Rueda | Permitirán que comience a hablar de Summertime citando 'Rosencrantz y Guildenstern han muerto' (1967) la obra teatral de Tom Stoppard, pues considero que ese es el tono que utiliza el realizador de El último fin de semana en su último filme, probablemente sin saberlo. En la obra de Stoopard dos personajes secundarios de una representación de Hamlet que no respeta el original (y propone un cambio de curso en la obra teatral) intentan descubrir los acontecimientos y su propia naturaleza mientras juegan a absurdos verbales e intentan rellenar el acto incierto. Más que evocar a cierto cine metalingüistico a la manera de Origen (Inception, 2010) de Christopher Nolan (de la que los guionistas se mofan) o cierto cine quintaesencial de, por ejemplo, Jean Luc Godard, Summetime es teatro del absurdo virado a un formato que coquetea con el reality televisivo y eso, es un acierto... a medias, por que se me escapa como producto netamente cinematográfico y, en cambio, sí me encaja como piloto de webserie (algo de lo que el director sabe bastante).

La gracia de todo este show, es que, dejando a un lado su condición de comedia descerebrada, resulta más sutil y ácida de lo que aparenta y lo curioso es que se presta a interpretaciones más crípticas de las que cabrían en el sueño húmedo de un fan de Tarkovsky. Norberto Ramos del Val es un figura que sabe llevar a más de un cinéfilo a rebuscar en referentes cinematográficos de quilates cuando su condición de origen es puro trash codificado y un producto postcine muy de greguería. Su misión, con todo respeto y cariño, es reirse con los espectadores y reirse de los críticos y en particular del gremio del cine español. Cabe señalar que casi todos los chistes brillantes hacen referencia a ese cine subvencionado del que Ramos del Val se sabe outsider aún sabiendo que ha construido un filme más descentrado y difícil de pautar que una ceremonia de los Goya.

Pero Summertime es también frescura, ofrece una interesante mezcla entre el sentido del humor británico al más puro estilo BBC y una suerte de cadencia rítmica que nos traslada a los programas infantiles de nuestra infancia, aquellos shows astracanados elaborados con mucha imaginación y alguna ayudita lisérgica... La aventura cosmogónica en un chalet de la Sierra que nunca viven Sonia y Vicky (más que espléndidas Ana Rujas y Alba Messa) nos fascina por que ellas son una suerte de infiltradas en la TARDIS del Dr. Who por culpa de algún error de transmisión que las trajo directamente desde 'Gandía Shore' o la enésima temporada de 'Gran Hermano'. Eso es lo más chisporroteante de esta pequeña película rodada en cuatro días y financiada en una fugaz campaña de crowdfunding. Gags renuentes y algunos vibrantes como el dedicado a A Serbian Film (Srpski film, Srdjan Spasojevic, 2010) a la par que al Festival de Cine Fantástico de Sitges conviven en un guión expansivo y aparentemente inexistente creado por Pablo Vázquez y Ricardo López Toledo, quién sabe si en un chalet de la Sierra de Madrid bajo una intoxicación de marisco.

Lo dicho, ¿metaficción? Seguramente; ¿chicas en bikini? Desde luego y con modelos que nunca respetan el racord; ¿número musicales? Uno trallero como en un episodio de The Young Ones; ¿fantasmas? Un ratito pero que no; ¿sexo? Quizá en la mente de algún crítico de cine; ¿misterio? El sentido de esta película y el de los condenados cuatro azulejos sobre los que podría girar toda la trama.