De la vida de las marionetas

Marcos Vieytes | Las marionetas son, en sí mismas, un objeto fascinante y perturbador a la vez. Ambas cualidades deben su razón de ser a la evidente dependencia que tienen esas figuras antropomórficas del titiritero hacedor de la madera y conductor de los hilos. Las cuerdas que digitan sus movimientos y, en el caso que nos ocupa, las voces que provienen de bocas siempre cerradas, instalan el tema del origen y el libre albedrío con visible facilidad. Ante esta manifiesta capacidad ontológica del arte de las marionetas, el cineasta puede escoger entre, al menos, dos opciones: hacer una ficción de género como la célebre serie estadounidense El capitán escarlata, que ignora casi por completo el tema, o abordarlo directamente como sucede en el fragmento particularmente emotivo de ¿Cómo ser John Malkovich? en el que los títeres que representan a John Cusack y Catherine Keener se besan mientras la cámara va alejándose hasta incluir en el cuadro al teatro donde se llevan a cabo las representaciones con marionetas y a su melancólico dramaturgo.

Anderson, en cambio, opta por una combinación de ambas posibilidades. Ya desde su título, Strings alude a las cuerdas vitales de los muñecos, y su valor simbólico es enfatizado durante buena parte de la película, además de un prólogo en el que nos muestran al equipo de titiriteros aprestándose a pulsar los hilos que darán vida a los muñecos. El discurso de Strings, sin embargo, participa de varios géneros notoriamente vigorosos: el drama histórico con personajes y situaciones shakesperieanas, el viaje de iniciación, las instancias bélicas, el romance y hasta ecos de tópicos típicos de la ciencia ficción y el terror. Básicamente, la película cuenta la historia de un príncipe que, ante la muerte repentina del rey de Habalon, debe subir al trono y asumir los destinos de la nación pese a su juventud y las sinuosas intrigas de la corte. Strings, entonces, es la historia de un hijo que se queda sin su padre y debe desentrañar la herencia moral que su progenitor le ha dejado, mientras forja su carácter a través de más de un conflicto ético que pone en peligro su identidad y su vida.