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publicado el 15 de abril de 2008

Pau Roig | En el sótano es uno de los episodios más sorprendentes de la primera temporada de "Masters of horror", tanto por la originalidad de la historia que plantea como por el modélico guión original de Matt Greenberg. Igualmente sorprendente o más resulta, sin embargo, el hecho de que una historia tan sugestiva y contundente de pactos diabólicos y sacrificios humanos haya ido a parar a manos de William Malone (nacido en 1956), un impersonal artesano de segunda fila caracterizado por la elevada comercialidad de sus producciones terroríficas, entre las que se cuentan House on haunted hill (Id., 1999), penoso remake del filme homónimo de 1959 dirigido por William Castle, y de la igualmente fallida Miedo punto com (Fear dot com, 2002). El noveno episodio de la primera temporada de "Masters of horror" empieza como un más bien banal psycho-thriller que lenta pero inexorablemente se abre hacia los terrenos del terror sobrenatural: Tara (Lindsay Pulpisher), una retraída adolescente, es secuestrada por un matrimonio aparentemente normal y afable pero que esconde un secreto oscuro, muy oscuro. Encerrada en un tétrico sótano plagado de garabatos y advertencias escritas en las paredes que anuncian la inminencia de un peligro terrible (“Cuidado con el chico de los cabellos rubios”), la chica salvará de un suicidio seguro a Johnny (Jesse Haddock), un adolescente rubio torturado y triste –de ahí el mucho más sugestivo título original del episodio– sobre quién pesa una terrible maldición. Con una brillante dosificación de la información y un implacable progreso dramático y narrativo, En el sótano va enseñando muy lentamente sus cartas y juega de manera inteligente con el punto de vista de los dos adolescentes atrapados. Sólo a medida que ambos van intimando y siendo conscientes de lo terrible de su situación, los espectadores van conociendo detalles de la vida del desgraciado matrimonio que los mantiene encerrados (su pasado es visualizado en un tenebroso flashback en blanco y negro): Anton y Judith, una pareja de músicos profesionales que regentaban la prestigiosa academia Ruric de música que vieron cómo su vida se desmoronaba, aún no un año atrás, cuándo su hijo murió ahogado en un lago cercano a la casa el mismo día de su decimoquinto aniversario. Para recuperarlo, hicieron un pacto con el Diablo: su hijo volvería con ellos después del sacrificio de doce niños no bautizados durante un año, sacrificio(s) que el propio Johnny realiza a partir de los cuerpos que le proporcionan sus padres (el Mal en mayúsculas, así, nace del amor incondicional que unos padres profesan por su hijo, una de las ideas más perversas del libreto de Greenberg, puntuado incluso por citas textuales de la obra filosófica de Nietzche). Exceptuando la imprevisible y más bien decepcionante sorpresa final, innecesaria en tanto que rompe la atmósfera inquietante que hasta entonces dominaba el relato, En el sótano carece no sólo de referencias humorísticas, sino también del molesto tono irónico que planea casi en todo momento por encima de los episodios de Joe Dante y John Landis, por citar sólo dos de los casos más representativos, pero es en la construcción de la necesaria atmósfera siniestra e incluso trágica que necesitaba el episodio dónde Malone se muestra más inoperante, copiando con desigual fortuna elementos de filmes anteriores –el momento en qué Johnny se transforma en una criatura sanguinaria para realizar el sacrificio de Tara recuerda demasiado a The ring (Ringu, Hideo Nakata, 1997), por ejemplo– y recurriendo de manera gratuita a efectismos baratos (la bañera llena de sangre, el armario repleto de cabezas humanas) que nada aportan a la trama. El denso tono gótico, en la mejor acepción del término, que respira En el sótano en sus mejores momentos –la inquietante visualización de las doce tumbas en círculo en el decadente jardín, junto al lago, la naturalista descripción del siniestro sótano de la mansión– y las muy convincentes caracterizaciones de Lori Petty y William Samples en la piel de dos personajes proclives a todo tipo de excesos, en todo caso, sitúan los resultados finales bastante por encima de la media de la primera temporada de "Masters of horror".

    D: William Malone G: Matt Greenberg F: Brian Pearson M: Nicholas Pike D.P.: David Fischer E: Patrick McMahon A: Lori Petty (Judith), Lindsay Pulpisher (Tara), Jesse Haddock (Johnny), William Samples (Anton). Emitido el 6 de enero de 2006. Episodio 9 de la 1ª temporada.


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