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libros

publicado el 8 de octubre de 2005

EL ESCRITOR FRANCÉS MAURICE LEBLANC (1864-1941) ALCANZÓ LA FAMA, más allá de su trabajo como periodista de sucesos, cuando aceptó el encargo de Pierre Laffite y empezó a publicar en el diario Je sais tout los primeros relatos del seductor ladrón Arsenio Lupin. El éxito llevaría al personaje a protoganizar un primer libro de relatos dos años más tarde.

Hace algunos meses llegó a nuestras pantallas una adaptación cinematográfica dirigida por Jean-Paul Salomé (La sombra del faraón) cuyo argumento se nutría de La condesa de Cagliostro, primer volúmen editado por Edhasa (aunque cronológicamente posterior), y de algunos de los relatos que encontramos en este Arsenio Lupin, caballero ladrón.

Mientras el primer volúmen novelaba las primeras andanzas de un joven Lupin en el mundo del hurto y de la seducción, esta nueva entrega nos presenta a un antihéroe maduro, un gentleman sibarita y ególatra cuyas proezas sólo son comparables a las de un Houdini o un Rocambole. El libro estructurado en relatos cortos, entrelazados entre sí al más puro estilo folletinesco sin tener demasiado en cuenta el orden cronológico, ofrece una lectura amena tras la que se esconde una sólida planificación en su entramado policíaco y un extraordinaria precisión en el arte del “ilusionismo” narrativo. Maurice Leblanc procura entronar a su ladrón a la categoría de mito gracias a la pormenorizada orquestación de sus espectaculares golpes, la maquinaria de los cuales nos iran siendo reveladas convenientemente. El libro nos ofrece entre otras emocionantes aventuras, la huida de Lupin de la prisión de la Santé o el espectacular robo de la joya de la reina, que protagonizó siendo un niño y justamente es el punto de partida del estimable filme de Jean-Paul Salomé. Por primera vez, nos es presentado el personaje del policía Gallimard, el más peligroso de los enemigos de Lupin y, a su vez, el más inteligente de sus admiradores.

Si bien hoy nadie discute el talento como narrador de Maurice Leblanc, hombre culto que frecuentó amistades como la de Guy de Maupassant, cabe señalar que además de sus libros dedicados a la figura de Arsenio Lupin también cultivó la novela psicológica, pero esa faceta siempre fue eclipsada por la figura del literario enemigo público nº 1 de la Francia de principios del siglo XX.

Las conspiraciones nocturnas bajo las lamparas de gas del París más lumpen se alternan con la pompa de los palacios burgueses para que este Robin Hood desvalije cámaras de seguridad y siempre deje su exquisitez plasmada en una tarjeta de presentación. Además de grandes dosis de entretenimiento y una evocadora atmósfera parisina, este volumen nos confirma el talento de un escritor injustamente etiquetado como menor.


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