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publicado el 30 de noviembre de 2010

Cine Fantástico en el Fecinema (XXII Festival de Cinema Fantàstic de Manresa)

Entre el 17 y el 21 de noviembre se celebró en la localidad de Manresa, ubicada a unos 70 kilómetros de Barcelona, el doceavo Fecinema, apócope de Festival Internacional de Cinema Negre de Manresa. Su especialización en el género criminal por excelencia le permite, con un modesto presupuesto inferior a los 100000€, encogido este año por la crisis, alzar su propia voz dentro del maremagnum de festivales celebrados a lo largo y ancho del país. Incluso visto con un prisma internacional, Fecinema ocupa un lugar destacado en lo que a festivales dedicados al cine negro se refiere, especialmente tras la desaparición hace unos años del que era el certamen decano, el Festival du Film Policier de Cognac.

Alberto Romo | En los últimos años, y sin pretender perder la condición de referente en su especialidad, se observa una ampliación significativa del radio de acción del festival que dirige su mira hacia otros géneros, en especial al cine fantástico como manifiesta la sección paralela Fantàstic. Un movimiento hacia propuestas más fantasiosas y terroríficas que este año se consolida, y que resulta plenamente coherente habida cuenta de que el género negro y el fantástico (particularmente su vertiente de las horror movies) se hayan inequívocamente emparentados. Basta señalar que hasta bien entrado el pasado siglo, el calificativo “negro” aplicado a la literatura, hacia referencia a los elementos góticos, macabros y horríficos de las novelas, y no a una temática argumental relacionada con la criminalidad como sucede hoy en día.

Siguiendo con la tendencia de los últimos años, se ha recurrido a la “repesca” de películas proyectadas en el festival de Sitges para surtir el festival de films de género fantástico. Es el caso de cuatro de las seis películas que constituyen la sección Fantàstic. De esta forma, pudo verse El último exorcismo (The last exorcism, 2010), un film que fue muy bien recibido por público y crítica en Sitges; así como La posesión de Emma Evans (2010), presentada por su director Manuel Carballo, y que pese a las similitudes de planteamiento con la anterior (ambas siguen el proceso de exorcismo de una joven, adoptando un tono realista y rehuyendo maniqueísmos morales), acaba defraudando por la tibieza con la que Carballo aborda los claroscuros de un relato que bascula entre lo divino y lo luciferino. A woman, a gun and a noodle shop (San qiang pai an jing qi, 2009) y The perfect host (2010) estarían, a juzgar por lo comentado en este mismo medio con motivo de sus exhibiciones en el festival de Sitges, más próximas a la comedia, de tintes negruzcos, eso sí, que del cine fantástico propiamente dicho. También puede considerarse una comedia negra la cinta de animación argentina Boogie, el aceitoso (2009), recién llegada del festival de cine fantástico de San Sebastián donde obtuvo el premio del público. Su protagonista parece el producto del experimento científico de un doctor chiflado que hubiera mezclado código genético de Rambo, Philip Marlowe y Torrente. Se trata de un film que hace de la incorrección política su principal razón de ser y que mezcla, a mi modo de ver sin demasiada fortuna, diversas técnicas artísticas (animación tradicional, 3D, motion graphics...). Completa la sección dedicada al cine fantástico la cinta británica Franklyn (Id. 2008), esta sí, completamente inédita en España, si bien de estreno inminente. Una propuesta ambiciosa, tanto comercial como artísticamente que, no obstante, naufraga en su propio océano de pretensiones. Da la sensación de que su director y guionista, Gerald McMorrow, toque demasiadas teclas y el conjunto, lejos de ser una nota armónica, desafina en no pocas ocasiones. No obstante, brilla en el apartado visual, con un deslumbrante diseño de producción y una fotografía que adquiere cualidades pictóricas.

Fuera de la sección Fantàstic, aunque sin salir del género, el festival homenajeó a Stephen King con una selección de las mejores adaptaciones de sus libros al formato televisivo (It, Salem’s Lot y El resplandor en la versión catódica dirigida por Mick Garris). La estupenda y brutal Three...Extremes (Sam gang yi, 2004) fue acertadamente elegida para animar la sesión golfa del sábado de madrugada, uno de los momentos álgidos del festival. Como manda la tradición del festival, previa a la proyección de la película que se mantiene en secreto hasta el último momento, se escenifica el asesinato de uno de los miembros de la organización. También se exhibió, en este caso en la sección Pantalla d’Actualidad, Kosmos (2010) del realizador turco Reha Erdem, obra de un surrealismo militante y provista de un hálito genuinamente fantastique. Conmovedora, valiente, inteligente, imaginativa, Kosmos es una nueva evidencia del gran momento que vive la cinematografía turca. En Manresa tuvimos la oportunidad de disfrutar, en una sala tristemente deshabitada, de esta sugestiva obra que pasó injustamente desapercibida en el pasado festival de Sitges, a pesar de competir en su sección principal, y cuyo estreno en España es más que incierto.

No podríamos finalizar este artículo sin hacer mención a los cortometrajes seleccionados, un total de ocho, que hacen presagiar un brillante porvenir a la nueva generación de cineastas catalanes y españoles, siempre y cuando las circunstancias sociales y económicas lo permitan. De los trabajos presentados la mitad de ellos pueden enmarcarse sin dificultades dentro del fantástico, sobresaliendo La culpa, que se llevó merecidamente el premio Plácido al mejor cortometraje. Una historia absorbente que se desarrollo en forma de espiral obsesiva sin aparente salida ni final. Aunque la idea de los organizadores de agrupar todos los cortometrajes en una concurrida sesión gratuita el último día del festival no deja de ser una manera encomiable de apoyar a la cantera del cine de este país, cabe lamentar que se hiciera en una condiciones algo deplorables, proyectando los trabajos en formato DVD (en algunos casos con copias de calidad ínfima, y a pesar de disponer de copias en 35mm), con el aspect ratio errado y un sonido en ocasiones estruendoso. Sin duda podrían encontrarse otras deficiencias en el desarrollo del evento, pero el trato humano proporcionado por todo el equipo de organizadores y colaboradores, el ahínco -casi terquedad- con el que sacan adelante año tras año, con uñas y dientes, con pocos recursos, un festival tan especializado en una pequeña ciudad del interior de Cataluña, sólo puede despertar las simpatías de los asistentes y mi más sincera admiración y respeto.


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