publicado el 18 de octubre de 2012
Marta Torres | Jennifer Lynch:
Jennifer Lynch se ha desplazado este año a Sitges para presentar su última película, Chained, un thriller con elementos terroríficos que explica como un psicópata (interpretado por un magnifico Vincent d’Onofrio), secuestra y retiene a un niño durante 10 años.
En la entrevista que nos concedió se mostró abierta y muy simpática. Habló de su relación con su padre, David Lynch, del que tuvo que distanciarse para poder hacer su propia vida, y de su carrera como directora de cine, un medio en el que empezó medio por obligación y medio por casualidad, primero como ayudante de su padre en Terciopelo Azul y luego como directora de Mi obsesión por Helena, de la qual había editado el guion. Por último, nos contó lo que puede contarse de su próxima película: A fall of Grace, que protagoniza Tim Roth como detective acabado y que se estrenará, si todo va bien, el próximo mes de abril.
Un espíritu libre
Si es difícil estar a la sombra de una figura como David Lynch, Jennifer Lynch (7 de abril de 1968) no lo demuestra. La hija del genial director y de la pintora Peggy Reavey se crio entre sets de rodaje, con sólo nueve años apareció en una escena en la primera película de su padre, Cabeza borradora (que se cortó en la sala de montaje) y con 18 fue asistente de producción de Tercipelo azul (1986), otra obra maestra de su progenitor.
Vivió en un entorno extremadamente liberal, lo que quizá explica su valiente falta de perjuicios para abordar temas escabrosos con inteligencia y delicadeza. Con 22 años escribió “El diario secreto de Laura Palmer” a petición de sus padre y de Marc Forst, creadores de la celebrada serie Twin Peaks en la cual aparecía este personaje. En el libro, Jennyfer nos descubría la adolescencia de una chica “buena” abocada al mal camino: su primer beso, la relación con sus padres, su precoz promiscuidad, abusos sexuales y drogadicciones. El libro fue un éxito de ventas aunque no fue distribuido en algunas librerías de Estados Unidos por su contenido excesivamente gráfico.
Poco después dirigió su primera película (Mi obsesión por Helena, 1993), después de adaptar un guion que llegó a sus manos sobre un hombre fascinado por poseer totalmente a una mujer, que le lleva a cortarle brazos y piernas en una emulación siniestra de una obra de arte. Jennifer Lynch acabó dirigiéndola por casualidad, ya que no quería que la película perdiera su aura de cuento siniestro y acabara convertida en un slasher. Mi obsesión por Helena fue muy mal recibida por la crítica más progresista y el movimiento feminista, que la acusó a ella de sádica y a la industria de nepotismo. También le valió un litigio por parte de Kim Basinguer, que iba a ser su protagonista. La polémica fue en buena parte responsable de que Lynch dejara el escenario público hasta el año 2008, en que dirigió Survelliance, thriller que fue premiado como mejor película en el festival de Sitges y que le valió el premio a mejor directora en el festival de cine de terror de Nueva York. Más tarde rodaría un filme sobre una mujer serpiente, Hiss, con la ayuda de unos productores de La India, aunque renunció a su obra cuando los productores dijeron prescindir de ella en la mesa de montaje. Después de Chained, Jennifer Lynch está preparando una nueva producción con Tim Roth, un thriller policial que llamarán A fall of Grace.