boto

especial

publicado el 30 de octubre de 2012

La fotografía que hemos empleado para la postal es de la fotógrafa Maria José Castillo, lectora de Judex. Aquí tenéis parte de su trabajo: http://www.flickr.com/photos/60934203@N00/. ¡Muchas gracias!

Halloween y el horror europeo

Érase una vez, en un remoto pueblo irlandés vivía un hombre al que llamaban Jack, hijo de Patrick. Otros le conocían como “el borracho” y unos pocos le conocían como el borracho que había pactado con el demonio. Según la leyenda, al morir Jack, el diablo le condenó a vagar por el mundo hasta el día del Juicio final, y para que pudiera ver, el diablo le tiró un carbón encendido y Jack lo puso dentro de la calabaza que se estaba comiendo... Por este motivo, a las calabazas de Halloween se las llama Jack’o Larten y llevan todas una vela dentro.

Esta leyenda irlandesa da fe del verdadero lugar de origen de la fiesta que ahora todos conocemos como Halloween y asociamos a los barrios de clase media de Estados Unidos. Sin embargo, sus inicios no pueden ser más remotos y se encuentran en una fiesta pagana de origen celta que se celebraba en Europa antes de su conversión al cristianismo: Samhain.

Los celtas rendían culto a la naturaleza y cada 31 de octubre por la noche celebraban el año nuevo con un festival en el que se despedían del sol y anunciaban la temporada del frío y la oscuridad. Además, creían que esa noche, Samhain, Señor de la Muerte y Príncipe de la Oscuridad, venía para convocar a los espíritus de los muertos. Para ahuyentarlos, los druidas encendían grandes hogueras en las que sacrificaban animales, los pobladores se disfrazaban con las pieles, huesos y cabezas de los animales. Bajo estos ritos y creencias se dio el primer festival llamado Hallowen.

Pero deben existir cientos de celebraciones distintas para el día de los muertos (a buen seguro nuestros lectores de la América Latina tendrían muchas que explicarnos), nosotros por nuestra parte sugerimos una en particular: ver cine de terror... y como Samhain es de matriz netamente europea, os sugerimos una impresionante lista de filmes europeos de terror, brujería y satanismo.

Night of the Eagle

Una perfecta muestra de melodrama satanista especiado con aromas del cine de fantasmas de Jacques Tournear

Witchcraft

Historia de brujería y venganza sobrenatural hasta cierto punto previsible pero brillante y efectiva, Witchcraft es un modélico horror film que da cuenta del buen hacer tras las cámaras del artesanal cineasta británico Don Sharp (nacido en 1922).

Livide

Es un filme que se mueve en otros parámetros para recrearse en un muestrario del suspense en el que el elemento gótico se desarrolla según las reglas folletinescas de Mario Bava, Antonio Margheriti, Riccardo Freda o el Dario Argento de las tres madres (muy especialmente el de Suspiria).

Suspiria

El cine de horror italiano ha sido la escuela cinematográfica que mejor ha sabido desarrollar la suntuosidad visual inherente al cine fantástico. Las obras de Bava, Freda y Margheriti son cúspides del cine entendido como un escenario operístico proclive al manierismo más enfermizo. Pero, al margen de este insigne trío de autores, fue el denostado Dario Argento el encargado de realizar la mejor obra de este movimiento: la mítica ‘Suspiria’ (1977), un filme mayúsculo que elevó el tratamiento hiperbólico de la imagen fílmica a la categoría de arte.

Non si deve profanare il sonno dei morti

Pocos meses después de firmar Ceremonia sangrienta (1973), fascinante aproximación a la tristemente célebre historia de la Condesa Bathory, el director catalán Jorge Grau se aproximó a la figura de los muertos vivientes en un filme de clara vocación internacional que otorgaba a la figura del zombie toda la contundencia y visceralidad que el cine hasta entonces les había negado.

The city of the dead

A nivel argumental, anticipa algunas de los imprevisibles giros narrativos que harán fortuna muy poco tiempo después en Psicosis (Psycho, Alfred Hitchcock, 1960), mientras que su estilizada atmósfera y su elaborada plástica visual constituyen un claro precedente de La máscara del demonio (La maschera del demonio, Mario Bava, 1960).

Déjame entrar

Pocas veces en la historia reciente del cine de terror, un filme había alcanzado una acogida crítica tan inapelable. Calificada por casi todos los entendidos en el género fantástico como una obra maestra, “Déjame entrar” (2008), del director sueco Tomas Alfredson, no solo ha sido elogiada hasta la pleitesía por los escritores cinematográficos sino que también ha sido aplaudida a rabiar por el público en general.

Devil Girl From Mars

En contraposición al cine de ciencia ficción que llegó de Norteamérica en la década dorada de la ciencia ficción (1950), en Gran Bretaña surgieron una serie de filmes y seriales televisivos (véase la saga del Dr. Quatermass para la BBC) nada desdeñables y sobretodo con unas señas de identidad muy reconocibles, fueron los llamados quota quickies (filmes de bajo presupuesto destinados a consumo interno).


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