publicado el 16 de noviembre de 2012
Lluís Rueda | Lo primero que hay que decir de la apreciable Motorway es que no tiene nada que ver con la obra maestra de Nicolas Winding Refn Drive (2011). Este thiller de acción producido por Johnnie To y dirigido por Pou-Soi Cheang centra su argumento en un par de policías de carretera que ponen su talento como conductores al servicio de la lucha contra el crimen. Con el trasfondo del mentor interpretado excelentemente por Anthony Wong y el discípulo dispuesto a aprender todos los trucos de la conducción extrema nos hallamos ante un gran espectáculo visual donde cada detalle del motor, la conducción o la estrategia de la persecución son elementos capitales para dibujar secuencias cargadas de sensualidad, armonía y contundencia a partes iguales. Como si el vehículo fuese un mecha que cataliza y amplia las emociones del piloto, Motorway juega sus cartas a un nivel honesto para erigirse en un espectáculo de una plástica impecable. La historia es sencilla y siempre está en el orden de la más absoluta eficacia. Un elegante digest que corta la respiración en algunas de sus secuencias de persecuciones como aquella nocturna en una estrecha carretera de montaña, donde de una manera inconsciente revivimos instantes que nos transportan directamente a El diablo sobre ruedas (Duel, 1971) de Steven Spielberg.