publicado el 16 de noviembre de 2012
Lluís Rueda | Comedia sci-fi que parte de una premisa ya de por si delirante, la posibilidad de que tras la Segunda Guerra Mundial los nazis se refugiaran en la luna para seguir con sus actividades científicas, militares y sus doctrinas arias. Timo Vuorensola es plenamente consciente de esta premisa canallesca y busca que su filme sea un despropósito autoconsciente en la línea de los productos de Jim Abrahams, David Zucker y Jerry Zucker (Aterriza como puedas, Top Secret) pero incidiendo más en cierto humor garbancero (desconozco si de naturaleza finlandesa) y desmedido que en el inevitable juego de los equívocos.
Hay que reconocer que tiene un par o tres de gags brillantes que nos recuerdan a la chispa del mejor Mel Brooks pero en líneas generales estamos ante el sueño húmedo de Sacha Baron Cohen, un filme desmedido, histérico y con un presupuesto de todas todas excesivo. Entusiasmó a cierta parte del público por su condición de producto festivalero, una etiqueta que ya de entrada hace temblar al más ecléctico espectador. Cabe decir que parte del coste de esta 'space opereta' ha sido financiado mediante el crowfunding, por ello su animoso director proclamaba en la previa presentación su amor por la red. La película es una petardada de tomo y lomo para (de)mentes sin escrúpulos.