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sitges 2012

publicado el 16 de noviembre de 2012

Lluís Rueda | Esta cinta que ha llegado tarde y mal al espectador, y tras un periplo de ostracismo en cuanto a su distribución que ha echo que corra por las redes como la dinamita, es sin duda el artefacto más potente e innovador visto en el festival, lástima que no fuera a concurso. Josh Whedom está a la sombra del realizador Drew Goddard como coguionista, productor e ideólogo de un film que arranca como un producto de terror al uso y acaba por mutar en un festín de imaginación y pericia metalingüistica inaudito. Un producto de entretenimiento prácticamente perfecto que se abona al humor más ácido y a la relectura más inteligente.

Una cabaña en medio del bosque, zombis, chicas descuartizadas y otros estereotipos abundan en la cinta, pero el encaje de todos esos tópicos no es baladí y a suerte de no caer en el spoiler diremos que la cinta guarda grandes sorpresas y diferentes niveles narrativos y argumentales de modo que el filme acaba por transformarse en un auténtico 'tren de la bruja' que enseña sus trucos pero igualmente asombra e irradia perplejidad en el espectador. The Cabin in the Woods es absolutamente refrescante en parte por que bebe de piezas televisivas tan desacomplejadas y brillantes como Buffy cazavampiros (Buffy Vampire Slayer) o Firefly (Id.) y lo hace con plena consciencia de su actitud provocadora sin salirse una coma de las pautas del género.

Plantearse si este filme es lo suficientemente revolucionario como para marcar un antes y un después se antoja difícil, pero también es cierto que ya hay quien lo ha comparado con una obra del fantástico tan paradigmática como Posesión Infernal (Evil Dead.1981) de Sam Raimi; seguramente por su espléndida intensidad. Lo que parece claro es que abre un veta creativa muy estimulante y todo lo que toca Whedom huele a éxito... Siempre lo he mantenido, es tan brillante como J.J. Abrams y tan refrescante como un joven Peter Jackson.


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