Atlántida Film Fest quiere dar voz a la generación perdida

Post tenebras lux

Tienen entre 20 y 30 años y la sociedad tradicional ya no les representa ni les da alternativas. Algunos hacen cine. Son la generación perdida, la piedra angular sobre la que girará este año la tercera edición del Atlántida Film Fest, el festival de cine online organizado por la plataforma Filmin que empieza este viernes y que quiere dar voz a las películas que sólo pueden estrenarse en nuestro país a través de Internet ya que la distribución en salas, la de toda la vida, no confía en ellos.

El Atlántida Film Fest ofrecerá entre el 22 de marzo y el 22 de abril una amplia selección de películas premiadas en diversos festivales internacionales, 8 de ellas son estrenos en España y 2 son estrenos internacionales, ninguna tiene demasiadas posibilidades de estrenarse en salas comerciales. Se articulan en dos categorías principales, la Oficial a Competición, con obras españolas o latinoamericanas que compiten por el premio especial de la SGAE dotado con 5.000 euros; y la sección Atlas, que no va a concurso y que pretende ser un escaparate de lo mejor del año.

Este año, el festival quiere hacer presente a su público en el festival, algo ciertamente difícil en una muestra online, convocando el Premio al Público. Consiste en montar una sesión del Atlántida Fest en casa y enviar un documento gráfico al festival.

Perfect sense

Aquí tenéis una selección, tremendamente subjetiva y al margen de secciones y categorías, de lo que podréis encontrar en el festival de este año.

Post Tenebras Lux, de Carlos Reygadas. El mismísimo diablo se cuela en un plácido hogar familiar. Una familia se adentra en las tinieblas.

Stories we tell, de Sara Polley. Documental o falso documental que hace Sara Polley sobre su familia con aromas a thriller.

Berberian Sound Studio, de Peter Strickland. Estamos en los años setenta, en plena eclosión del giallo. Gilderoy (Toby Jones), un maduro montador de sonido inglés, que vive aún con su madre, viaja a Italia para encargarse del montaje de sonido de El vórtice ecuestre. Berberian es una hipnótica abstracción de sonido y frutas machacadas, de peligrosa apariencia carnal.

Compliance, de Craig Zobel. Basada en hechos reales, Compliance es un potente artefacto cinematográfico que reflexiona acerca del poder de manipulación que ejercen ciertos individuos amparándose en la ley, un uniforme o una posición civil privilegiada. La premisa del filme es una llamada telefónica de un bromista que se hace pasar por policía y denuncia a una empleada por robar a un cliente. Perturbadora.

Dollhouse, debut en la dirección de la hija de Jim Sheridan y aclamada en Berlín. Un grupo de vándalos entra en una mansión y empieza a destrozarlo todo. Justo cuando parece que la película no tiene más que ofrecer empieza “lo extraño”.

The Skinholes (Les Gouffres), primer largometraje de Antonie Barraud sobre un científico que se sumerge en unas cuevas abismales. Parece que juega a la misma liga que Primer y Pi, aunque los críticos que la han visto hablan de la exploración del inconsciente y de fantasmas personales.

Perfect Sense, de David MacKenzie. Remake radical sobre Ensayo sobre la ceguera en la que los afectados pierden no la vista, sino todos sus sentidos. Una pareja de amantes, formada por Ewan McGregor y Eva Green, luchará contra su destino imposible.

Todas las cosas buenas, de Andrew Jarecki. El director de Capturing the Friedmans y los actores Ryan Gosling, Kirsten Dunst, Frank Langella en un thriller de aromas setenteros y de la televisión de los ochenta. Habrá que verla.

Call girl, primera película de Mikael Marcimain, basada en hechos reales y ambientada en Suecia, la película es una trama policiaca con políticos corruptos y trata de blancas.

Mi loco Erasmus, de Carlos Paidal. Un filme que empieza siendo un intento de documental sobre los excesos de los estudiantes extranjeros en Barcelona y acaba convertido en el retrato patético de un director en busca de su creación. Post-humor, o humor deconstruído a cargo de Los Pioneros del s.XXI. Pinchen aquí para hacerse una idea.

Después de Lucía, de Michel Franco. Una historia de adolescencia y bullying que parece sacada del armario más oscuro de Haneke. La película fue premiada con el premio a mejor película en A certain regard del Festival de Cannes.