publicado el 29 de octubre de 2013
“Se acabó la fiesta”, así empezaba la mesa redonda dedicada a los nuevos modelos de financiación de festivales de cine que inauguraba la I Jornada TAC, que organizó la Federación de Entidades Cinéfilas “Terror Arreu de Catalunya”, TAC durante el pasado Cardoterror. La mesa redonda tenía por objeto analizar cómo y dónde conseguir dinero para financiar un festival ahora que parece que todos los recursos públicos, y buena parte de los privados, han huido. Como muestra un botón, las últimas ayudas a festivales sufrieron un recorte del 30%, lo que se suma a los recortes (también de un 30%) de los años anteriores.
Marta Torres | Para hablar de ello, la organización confió en José Miguel Rodríguez, creador de la plataforma de crowdfunding, Kifund, recientemente desaparecida, y en Sara de Lecea, directora de Curtficcions y miembro de la junta de la Coordinadora de Festivales y Muestras de Cine y Vídeo de Catalunya (CI&VI). Ambos estuvieron de acuerdo en que mantener los festivales actuales sin ayuda pública era inviable (“la administración no debería desentenderse de la cultura de su país”, dijo José Miguel Rodríguez). Sin embargo, los tiempos de vacas gordas habían creado estructuras muy poco sostenibles, con festivales que dependían casi por completo de los recursos públicos y que no han tenido más remedio que desaparecer, como es el caso del Festival de Cine Negro de Manresa. Según Sara de Lecea, los festivales profesionales, que deben gastar buena parte de sus recursos en sueldos, son lo que más han acusado esta situación ya que dependen más del dinero “contante y sonante” que proporcionan las subvenciones que no de los intercambios en especies que hacen posible la organización de festivales pequeños.
Desde la administración se aboga por los patrocinadores privados pero, según los ponentes en la charla, cada vez están más enfocados a festivales grandes que les den rentabilidad. Según José Miguel Rodríguez, ha habido casos que la entrada de un patrocinador privado ha modificado un festival de arriba abajo, aunque en algunos casos ha sido para bien, como recordó Sara de Lecea con el ejemplo del festival Beefeater In-Edit.
Más sencillo es conseguir algo de dinero recurriendo al crowdfunding, si bien “no se trata de pedir siempre el dinero a tu público”, explicó José Miguel Rodríguez, que se mostró en contra que este tipo de financiación sustituyera los recursos públicos y el patrocinio privado.
4 propuestas para 4 festivales
Cardoterror: pago en especies
El Festival Cardoterror se financia gracias a un acuerdo con el ayuntamiento de Cardedeu que convierte al festival en un anexo a la programación de los cines Verdi de la localidad, a cambio, el consistorio les cede el local, entre otras cosas. Otro tanto por ciento depende de las entradas que paga el público, si bien este año no es un buen ejemplo ya que, a causa de un malentendido con los derechos de reproducción de las películas proyectadas, no ha podido cobrar entradas y se ha optado por los donativos del público que, curiosamente, han funcionado bastante bien. “Hemos convocado el doble de público que en pasadas ediciones y hemos mantenido la recaudación”.
Festival de Terror de Molins de Rei: fifty fifty
Roger Sàbat Galcerán explicó que la principal obsesión del Festival de Molins de Rei es no depender en más de un 50 por ciento de las ayudas públicas. “Si por alguna razón éstas crecen, debemos invertirlas en algo que nos dé más recursos propios, como ofertas para venta de entradas merchandising”. Precisamente, las ventas de entradas anticipadas y la venta de camisetas u otros objetos relacionados con el festival han crecido en los últimos años y han ayudado a financiar el festival.
Crypshow Festival: 100% recursos propios
El Cryptshow Festival de Badalona nunca ha conseguido una subvención pública de manera que apenas ha notado los recortes en las subvenciones. Para financiarse ha optado por tres vías de ingresos: los pequeños comercios de proximidad, algún patrocinio, las entradas y la venta anticipada de entradas a través del Crowdfunding. También es importante el merchandising.
Fantosfreak, 90% recursos públicos
En el otro extremo de encuentra el festival Fantosfreak, que depende casi por entero del dinero público que destina al festival el Ayuntamiento de Cerdanyola. A cambio, no se cobra precio por entrada lo que asegura una buena afluencia de público (unas 3.000 personas según comentó uno de los organizadores).