publicado el 22 de noviembre de 2013
Marta Torres | The dirties es el debut excepcional de un joven director canadiense, Matt Johnson, que además, como suele ocurrir en las producciones de muy bajo presupuesto, coproduce, coescribe, edita e interpreta la película. The dirties es también una curiosa pieza que se sitúa en un espacio muy ambiguo entre la ficción y la realidad. No sólo porque los dos jóvenes protagonistas son el propio director y uno de los guionistas sino porque además mantienen sus nombres reales en la película (Matt y Owen) e interpretan a dos jóvenes amantes del cine que sufren acoso en el instituto. Para acabar de rizar el asunto, ambos deciden filmar un falso documental -una venganza imaginada en la que asesinan a sus acosadores- que se llama precisamente como la película, The dirties. De manera que el espectador no sabe en realidad si está viendo una película dentro de otra, un divertido falso documental o una broma macabra entorno a la violencia escolar que rescata sórdidas imágenes de matanzas escolares. Lo que sí está claro es que no nos encontramos ante otro aburrido found fotage aunque emplee sus técnicas.
A pesar del tema que trata, el acoso al diferente y el trauma que puede conllevar este acoso en la víctima, el filme mantiene un tono entre irónico y abiertamente cómico. Los protagonistas procuran hablar como personajes de una película de Tarantino, como buenos amantes del séptimo arte, saturan su película de referencias cinéfilas e incluso emplean efectos de sonido o trucos de montaje para engañar a sus compañeros de clase. Dada la naturaleza de la propuesta, es muy posible que el enigma final que plantea la película (¿es real o no lo que aparece en pantalla?) se haga transparente al final del décimo visionado de la cinta.
The dirties fue escogida como mejor película en el Austin Fantastic Fest y en el Slamdance Film Festival.