publicado el 22 de noviembre de 2013
Lluís Rueda | El sello gamberro del realizador Eli Roth (Hostel) en ocasiones ha sido catalogado de gratuito y en sus historias la consistencia argumental suele ser efímera y de poco calado. Sin embargo, por vez primera ha creado un producto salvaje y decididamente gore, capaz de hacer remover al espectador en sus asientos, sin olvidar construir una metáfora lo suficientemente solvente como para que su filme adquiera una dimensión dramática digna. The Green inferno es una suerte de puesta al día de Holocausto caníbal (Ruggero Deodato, 1980) en el que desliza lo políticamente incorrecto y pseudofascista con buenas dosis de inventiva. Situar a un grupo de veganos, activistas antidesforestación y conservacionistas de la cultura indígena en un campamento de caníbales de una selva de Perú es de una eficacia macabra que roza lo hilarante y, cabe decir, que ese enfoque funciona de un modo ejemplar en todo el primer tramo del filme. El resto, una sucesión de escabechinas sin orden ni acierto y los habituales chistes de bajo estofa de Roth diluyen un conjunto que pudo ser algo más perecedero. El impacto 'torture' está más que asegurado pero el filme se desploma en las consecuentes reiteraciones y en un esquema muy poco ambicioso. Película de un solo visionado; acorde a sus objetivos, se disfruta y se archiva en la memoria.