boto

estrenos

publicado el 27 de febrero de 2006

Una hermosa decepción

Marta Torres | El arco, del realizador coreano Kim Ki-duk, es una fábula sórdida, luminosa y a veces incómoda sobre la posesión y su pérdida. La película cuenta la historia de dos personajes que viven juntos y aislados en medio del mar, un viejo marinero y una adolescente a la que encontró de niña y a la que ha cuidado durante años. El anciano, que en la historia asume el rol de maestro y de abuelo, es también su prometido ya que piensa desposarla cuando ésta cumpla 17 años. Ki-duk se sirve en esta ocasión de una figura alegórica (el arco que da nombre a la película) para construir una historia sobre las relaciones humanas, el deseo y su pérdida. Sencilla y luminosa en la superficie, violenta y turbia en el fondo, El arco habla del ansia por aquello que nunca podremos poseer y de la tensión vigilante a la que este deseo insatisfecho nos tiene sometidos. De aquí que el viejo pescador emplee el arco para proteger a su posesión de la lujuria de los otros pescadores, junto a otros usos menos usuales como predecir el futuro y tocar música de cuerda.

El arco es un film extremadamente depurado, con una estructura narrativa sencilla y lineal y sin apenas diálogos (los únicos que hablan entre ellos son los turistas de la ciudad que alquilan la barquita del viejo para pescar). La puesta en escena es diáfana, y la película cuenta con una bella fotografía donde destacan violentamente sobre el mar gris los rojos, los amarillos y los azules de las telas que decoran el navío.

No obstante, a pesar de su carga alegórica, la depuración de su estilo y la sencillez de la puesta en escena, El arco es un película que busca provocar la emoción, con personajes hondos y bien construidos y una historia que navega entre la sordidez y el humor, la esperanza y la tristeza.

A esta simplicidad en el estilo se une el hecho de que la película está rodada en un único escenario: un viejo barco oxidado con una barquita de vivos colores amarrada al costado, casi una metáfora del viejo pescador y la muchacha, y se circunscribe a un tiempo limitado, unas pocas semanas antes de que la niña cumpla la edad para casarse. A la unidad casi clásica de tiempo y espacio que nos propone Ki-duk se añade el uso de la alegoría y el símbolo, que desemboca en un final imposible que nos remite también a Hierro 3 aunque en este caso los protagonistas encuentren la liberación en la renuncia y la muerte.

No obstante, a pesar de su carga alegórica, la depuración de su estilo y la sencillez de la puesta en escena, El arco es un película que busca provocar la emoción, con personajes hondos y bien construidos y una historia que navega entre la sordidez y el humor, la esperanza y la tristeza. Sin embargo, a mi juicio y a pesar del propio realizador, el uso del símbolo en este film lastra parte de la emotividad de la historia y su mismo tono poético convirtiendo el film en una historia plana y sin la hondura poética de otras películas del mismo realizador, donde el director evitaba crear símbolos de fácil lectura y objetivos transparentes [1].

El arco es la doceava película de Ki-duk y es también una de sus apuestas más arriesgadas, por la extrema austeridad de sus planteamientos estéticos y narrativos. Rodada en un único escenario (un viejo barco en el mar), protagonizada por dos personajes que no hablan entre sí (como ya ocurría en su anterior film Hierro 3) y centrada en una historia mínima aunque de fuerte contenido emocional, la película camina en la cuerda floja durante buena parte del film y naufraga en un final que podría ser brillante y roza el ridículo por su excesiva carga simbólica.

  • [1] En este sentido es ilustrativo un reportaje de Ki-duk para la web www.cineismo.com en la que el director declaraba: "con mis películas yo planteo preguntas, las respuestas están en los espectadores. No pretendo hacer películas con respuestas unívocas ni conclusiones definitivas. Eso sería peligroso. Cada uno interpreta las metáforas visuales de una forma distinta, cada espectador tiene su propia experiencia y eso le aporta su punto de vista. Mi última película es muy distinta, en este sentido, a Million Dollar Baby. Esta es blanca y transparente en su mensaje; la mía es negra."

  • SUBIR


archivo