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Sitges 2025: risas y escalofríos

publicado el 1 de octubre de 2025

La hermanastra fea y los patitos de la televisión


La muchacha más parecida a...

En el capítulo que Horror Girls dedica a la televisión en Estados Unidos se hace referencia a Joan Rivers, una de las personalidades más interesantes de la televisión de los años setenta. Rivers era una comediante cuyo éxito se dispararía al escribir el proto-slasher y comedia negra: La muchacha más parecida a... (The Girl Most Likely To... Lee Philips, 1973).

Marta Torres |

En el libro, Amanda Reyes explica:

La premisa de un patito feo atormentado que se convierte en un hermoso y vengativo cisne después de un accidente sirve como espejo para el cumplimiento de los deseos de Rivers, quien basó parte del contenido en sus propias experiencias como una joven torpe. Según Rivers, las humillaciones sobre su apariencia eran algo común y recurrió a aquellos insultos como catalizador para una serie de frases hilarantes, que procedían de su protagonista mientras se abre camino a través de un grupo de personajes que la rechazan. La película está protagonizada por Stockard Channing, quien [...] le dijo a Carol Burton de Newsday: «Es la chica fea, la desvalida, la que triunfa. Es una especie de fantasía o cuento de hadas. Los cuentos de hadas son brutales, pero este lo es de una manera divertida».



Esto viene a colación a causa del estreno en Sitges de este año de la película La hermanastra fea (The Ugly Stepsister, 2025), un cuento de hadas cruel basado libremente en la Cenicienta que es la ópera prima de la directora noruega Emilie Blichfeldt. El filme, que se estrenó en Sundance este mismo año, se centra en la lucha de Elvira, una hermanastra poco agraciada, por competir por el amor del príncipe con la hermosa Agnes, la heroína inicial del cuento, a costa incluso de constantes modificaciones corporales que llevan la película al terreno grotesco de La sustancia, de Coralie Fargeau. Según la directora, el punto de partida surgió de una escena del cuento: cuando las hermanastras se cortan los talones para poder introducir sus pies en los pequeños y delicados zapatos de Agnes. El horror corporal extremo como camino a seguir para encajar en el sistema explicado en toda su crudeza.

Si volvemos al punto de partida del artículo, la muchacha fea de la comedia negra de Joan Rivers debe pasar por un accidente para alcanzar la belleza, vía operaciones quirúrgicas y sufrimiento. Lo mismo ocurre con la inocente Elvira, que entre otras cosas debe romperse la nariz, ingerir un parásito intestinal o coserse unas pestañas postizas. Sin embargo, hay una diferencia crucial entre ambas producciones. Si en La muchacha más parecida a…, Miriam, la protagonista, conseguía finalmente ser bella, en La hermanastra fea el único camino que espera a Elvira es el deterioro y el sufrimiento. Si Miriam respondía con una venganza empoderada más típica de los años setenta, Elvira se acercaría a la locura. No olvidemos que la película está ambientada en una época en que el matrimonio era la única salida a la pobreza y el menosprecio, y que el filme está producido justo ahora, en qué un baile de todas las doncellas del reino para escoger esposa es lo más parecido al escaparate tramposo de las redes sociales: mucho maquillaje que esconde mucho dolor.


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