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publicado el 1 de mayo de 2007

Pau Roig | LA TERCERA ENTREGA DE LA SERIE INICIADA POR LOS HERMANOS OXIDE Y DANNY PANG en el año 2002 con uno de los títulos más exitosos del cine de terror oriental de principios del siglo XXI, continuada por ellos mismos dos años más tarde, se aleja considerablemente del estilo y el espíritu de los dos títulos anteriores. Ya no nos encontramos ante ningún exótica producción terrorífica más o menos inspirada en similares filmes de factura occidental, principalmente estadounidense, sino ante un cóctel bastante demencial de terror sobrenatural y comedia gruesa. Si The eye (Gwin kwai) se centraba en la posibilidad de entrar en contacto con el más allá después del transplante de córnea de una chica ciega, y The eye 2 (Gwin kwai 2) planteaba la misma posibilidad después del intento de suicidio de la protagonista, embarazada por su amante, The eye... Infinity explica, según sus autores, las ocho restantes posibilidades de entrar en contacto con el mundo de los espíritus y los fantasmasa a partir de la rica tradición folklórica tailandesa (de ahí el título del libro de magia negra que los descerebrados protagonistas de turno utilizan para divertirse, "Los diez encuentros"). Pero lo hace sin el menor atisbo de coherencia narrativa y dramática, con un bombardeo gratuito e injustificado de apariciones fantasmales y efectismos grotescos (la pelota de básquet que se convierte en una cabeza mutilada) y sin que la construcción de una determinada atmósfera irreal e inquietante –omnipresente durante la primera mitad en el primer título de la serie– tenga ninguna importancia.

Las ideas más interesantes del guión de Mark Wu y algunas (pocas) imágenes sugerentes, por lo demás, se estrellan estrepitosamente contra un tratamiento infantil y paródico de la trama y de los personajes, empezando por la pasmosa facilidad con la cuál los personajes entran en contacto con el más allá poniendo en peligro sus vidas, y acabando por la inclusión de notas de humor que provocan la verguenza ajena de los espectadores (la pareja protagonista ahuyentando a los fantasmas tirándose un pedo, por ejemplo).


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