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publicado el 5 de julio de 2005

Una lección de historia ficción

Lluís Rueda | Poco a poco el documental se está instalando como una innovadora y potencial manera de contar historias para la gran pantalla. El caso de C.S.A., dirigida por Kevin Willmott, es especialmente sugestivo al utilizar el falso documental para disfrazar una contumaz sátira política elaborada con inusual sutileza, y dicho sea de paso, alejarse de la tendenciosidad cuestionable de otros proyectos de discurso más agresivo (me refiero especialmente a Bowling for Columbine, 2002, de Michael Moore).

Willmott reinventa la historia de Norteamérica, modificando los acontecimientos de la historia y lo hace desde la presunción de que esa falsa realidad afectaría a un documento de las características que propone. Por ello C.S.A. nos presenta una lección de Historia donde entrevistas e imágenes de archivo no son lo único manipulado, si no también las secuencias de transición: los anuncios y los avances informativos del presente irreal que retrata de su país. El resultado es un pedazo de parrilla catódica manipulado que nos impacta sobremanera ya que parte de esos cambios sociales y políticos que se permite el director, lamentablemente, ya están presentes (de un modo soterrado) en la realidad social y cultural de EEUU. Si los confederados hubieran ganado a los yanquis (tal y como propone el filme) al fin y al cabo, ¿los cambios en los hábitos y en la educación de la población de la Norteamérica real hubiesen sido tan significativos? Sólo hay que echar un vistazo a los brillantes gags que construye Willmott a modo de anuncio: no dejan de ser una traslación lisérgica del día a día actual de su propio país, y en ojos europeos no chirrían tanto como deberían. Si esa era la intención, el resultado es admirablemente acertado: pone de relevancia que los tics autoritarios de una nación no tienen por que ir de la mano de una circunstancia política concreta.

El único elemento discutible es su discurso en clave puramente norteamericano, es decir, para un espectador con ciertas lagunas en cuanto la historia de Estados Unidos puen haber pasajes algo farragosos. Chistes demasiado localistas a veces se cuelan en un conjunto que de haber optado por un punto de vista más universal podía haber dado al filme un cariz que lo hubiera hecho más exportable. Por lo demás todo un acierto.


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