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FICHA TÈCNICA

El exorcista del Papa

director:

Julius Avery

año:

2023

nacionalidad:

productores:

estreno en España:

5 de abril de 2023

0 minutos

Azufre, cerdos y doncellas de hierro



Si en el clásico El exorcista (The Exorcist, 1973) de William Friedkin la estampa del padre Merrit, maletín en mano y con el sombrero de a la ancha, se erigió en un icono poderoso de la lucha contra lo demoníaco, este nuevo filme sobre la figura de un exorcista oficial del Vaticano inspirada en el padre Gabriele Amorth es una vespa que pasea la figura de una suerte de justiciero. No obstante, este padre Amorth conecta más con el sarcástico Van Helsing de Drácula, de Bram Stoker (Bram Stoker's Dracula. Facris Ford Coppola, 1992) que con el citado personaje interpretado por Max von Sydow. Dicho así pareciera que la propuesta coquetea con la comedia y cierto distanciamiento autoconsciente y, en cierto modo, es así. Julius Avery (Samaritan) nos propone un acercamiento a la figura del exorcista profesional apartando su aura distinguida y venerable para componer un personaje con hechuras de antihéroe, maneras de pendenciero y un sarcasmo que nos permite un entretenido, a ratos, combate dialéctico con el Diablo.

Lluís Rueda | Russell Crowe compone un buen trabajo para dotar de equilibrio a tan osado personaje en una película que se crece en el exceso; se aloja, no pocas veces, en la la fórmula de las budby movies (no en vano le acompaña un joven escudero interpretado por Alex Essoe) y transmite una desvergüenza de agradecer. Con todo, me atrevo a decir, obviando el consabido pedigrí del subgénero de exorcismos, desde el clásico de Friedkin, pasando por los numerosos exploits italianos y hasta una serie basada en el material de William Peter Blatty, que el realizador se decanta por un espectáculo de horror acumulativo y acción sin cortapisas. El exorcismo del Papa sesga de manera brillante ideas del Michelle Soavi de La chiesa (1989) e incluso se incorpora con desvergüenza a los planteamientos desenfadados que sobre lo demoníaco lleva a cabo Álex de la Iglesia con su estupenda serie 30 monedas. No hay pudor a la hora de coquetear con el Carpenter de Vampiros de John Carpenter (John Carpenter's Vampires, 1989) e incluso en orquestar sets dantescos e infernales que parecen emulsionar algunas ideas de Indiana Jones y la ultima cruzada (Indiana Jones and the Last Crusade, 1989), de Steven Spielberg.

Por lo demás, ambientada en una abadía castellana que sirve de sello a un demonio empoderado, el realizador conjuga buenas ideas de fondo, intrigas vaticanas, conspiranoias varias e incluso un órdago a la Santa Inquisicion de lo más estimulante. Pero no se preocupen, no cabe en esta loca y simpática propuesta la posesión a un menor (un par de hecho), una certera iconografía del pecado convertido en carne y algunas escenas de horror bien orquestadas.

La fórmula entretiene en la medida en que no pretende epatarnos con la idea del mal, más bien perpetrar un digest con aire de cómic oscuro y una desvergonzada reescritura de la figura del popular (entre los afines a lo demoníaco) padre Amorth. Si además el director nos coloca con atino y sin desmerecer la atemporal traslación de la lucha bien/mal, algún tema de The Cult (ya sucedió en Demons de Lamberto Bava) o Faith no more, pues la cosa resulta aún más simpática. Por cierto, a diferencia de otras propuestas esta horror movie se sucede en los años ochenta sin caer en ningún tópico aborrecible.

Julius Avery acierta con su propuesta, con su doble pirueta y su exorcismo de exorcismos que parece apuntar una segunda parte en algún que otro lugar pecaminoso del mundo. Bienvenidos los exorcistas con pedigrí canalla y petaca de whisky.


Artículo publicado el 5 de abril de 2023

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