La sombra sobre Indy

Se agradecen enfoques originales como el de 'Good Boy' dentro del cine de género fantástico. Ben Leonberg nos concede una ópera prima desarrollada a partir de los instintos y las emociones de un perro, Indy, que se ve arrastrado por los demonios de su amo con problemas de salud y las aterradoras circunstancias del aislamiento en una casa alejada de la civilización.

Lluís Rueda | El filme se desarrolla com una 'ghost story' con algún que otro giro lovecraftiano, e incluso ciertos guiños a la atmósfera gótica de The Innocents (1961, Jack Clayton), con un certero trabajo de puesta en escena y una especial obsesión por puertas, ventanas y escaleras como pasajes a lo sobrenatural. Si bien es inevitable la comparativa, a causa del manejo ejemplar de la mirada subjetiva, con la reciente Presence (2025), de Steven Soderbergh, la película de Ben Leonberg es una propuesta que lo apuesta todo a su original premisa canina. A resultas, tenemos una experiencia aterradora, muy funcional y pertinentemente tierna, reconfortante diría.

Good Boy es directa, de un minutaje ajustado y requiere una predisposición o empatía hacia los animales; de hecho explora al límite el instinto de protección del espectador con mascota (o afinidad por los animales) y redunda en una idea siempre desconcertante: ¿Qué ven exactamente nuestros pequeños amigos cuando se quedan mirando un espacio vacío? ¿Presencias? ¿Un energía desconocida? ¿Resquicios de otra dimensión?

A celebrar la propuesta y el descubrimiento de Indy, nuestro héroe peludito asolado por un mundo de sombras y de incertidumbre generado por los humanos, sus actos y sus omisiones. Una notable propuesta que, a bien seguro, marcará tendencia.

Artículo publicado el 15 de octubre de 2025