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FICHA TÈCNICA

La larga marcha

The Long Walk

director:

Francis Lawrence

año:

2025

nacionalidad:

Estados Unidos

productores:

Lionsgate, Vertigo Entertainment

estreno en España:

12 de noviembre de 2025

108 minutos

Pista de sangre

En el ámbito de la fe, "caminar en el Espíritu" implica actuar esperando la ayuda divina. Desconozco si Stephen King tenía en su cabeza esta máxima cuando en 1979 publicó su inquietante novela La larga marcha. Sí parece reflejar ese universo fantasmagórico y casi metafísico el guion adaptado de J.T. Mollner para el filme de Francis Lawrence que nos ocupa. La premisa es simple y contundente, la película refleja un futuro distópico en el que cien jóvenes participan en una competición letal llamada "La larga marcha" que consiste en caminar millas sin descanso hasta que solo que solo quede uno en pie. El acicate brutal del filme rauda en que quién no sigue el ritmo o simplemente deja de caminar es eliminado de un disparo.

Lluís Rueda | El filme funciona por su simple planteamiento pero a la vez se ve atropellado por lo insustancial de las motivaciones de los participantes y por los impredecibles conatos emocionales que se desprenden de la angustiosa elección. A mi entender hay una reflexión clave en el filme, cuando uno de sus protagonistas expone que nadie es voluntario, todos los adolescentes del país lo son en esencia, ellos simplemente son fatalmente afortunados de caminar hacia el ocaso como unos elegidos. He ahí lo místico del planteamiento, y el porqué el filme funciona más allá de su planteamiento obligatoriamente lineal. Sin embargo en este ensayo del Apocalipsis, Francis Lawrence (Soy leyenda) insinúa en su retrato en los márgenes de la Norteamérica rural que los chicos caminan ya desde el inicio a través de un infierno lleno de espectros, animales torturados y tractores sin objeto. Una idea interesante que el filme deja entrever pero que desgraciadamente no acaba de relacionar con las motivaciones suicidas de los caminantes.

Otro lugar común que apetece aproximar a la substancia del filme es su condición muy propia de los sesenta y principios de los setenta (al margen de que se pueda sustraer a los tiempos tragicómicos que corren en la actual Estados Unidos), me refiero a aquella suerte de filmes como Danzad, Danzad malditos (They Shoot Horses, Don't They?, 1969) que exploran la idea del triunfo y la visibilidad en los polvorientos margenes de la Gran Depresión. Para refrescar recordemos que la de Sidney Pollack es una película terrorífica que nos situaba en una concurso de baile interminable, agónico y metafóricamente demoledor. Algo de ello tiene La larga marcha, un filme que nos ofrece una primera hora impecable pero que se diluye un tanto cuando se aproxima a las motivaciones de clase y al extracto social de sus caminantes. Es decir, todo fluye cuando se trata de tácticas atroces, estrategias de supervivencia e incluso alianzas a contracorriente. Desde luego, aunque pudiera parecerlo, esta película no es comparable a Los juegos del hambre (The Hunger Games, Gary Ros. 2012), reitero, su calado terrorífico y desolador la lleva a otro nivel mucho más interesante.

El acierto y el desacierto de la propuesta (bendita paradoja) es que nos lleva en volandas por un universo sombrío del que nos gustaría saber más. Pero la marcha no puede detenerse, y el ocaso más salvaje queda en la mente del espectador a través de un triunfal fuera de campo.


Artículo publicado el 13 de noviembre de 2025

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