publicado el 5 de julio de 2011
En palabras del realizador Vincent Lanoo, Vampires (2010), es un film que mezcla tres géneros, el documental, la serie B y la comedia. Lannoo nos propone una horror comedy muy sugestiva que utiliza las herramientas del mockumentary (falso documental) para ofrecer una versión 'alternativa' del mito del vampirismo alejada de todo romanticismo. Para la ocasión, el fenómeno del vampirismo es un acicate para construir un film-denuncia en el que los aspectos sociales pasan a primer plano. Los Saint Germain´s, una familia de vampiros clase media belga son la comunidad escogida para elaborar un estimulante retrato de problemas como la inmigración, la lucha de clases o los conflictos familiares; en especial centrados en la escasa autoridad moral que ejercen los mayores sobre sus hijos y en la problemática que supone para el líder de la familia, el inquietante Georges, buscar un equilibrio entre la tradición de su estirpe y los tiempos modernos.
Lluís Rueda | El retrato de esta sátira vampírica no puede ser más certero y cabe hacer hincapié en los miembros de la comunidad más 'jugosos'. Por un lado tenemos a Bertha, la madre, una medea caprichosa con un carácter primario y veleidoso; el recto y melancólico Georges, un padre superado por las adversidades de la cotidianidad; la joven Grace, una adolescente atormentada con su condición que aspira a ser humana, impagables son sus fallidos intentos de suicidio; el juerguista, despreocupado y cruel Samson, el niño de los ojos de la inestable Bertha y, desde luego, una joven prostituta humana a la que han acogido como un animal de compañía. Pero también es atinado su retrato de clases, pues la masión Sain´t Germain acoge en el sótano de su casa a una pareja de vampiros integristas, ortodoxos y demoníacos, que viven en un liliputiense universo decimonónico. Las lecturas metafóricas se ramifican y el demoledor discurso de fondo de Vampires encaja como un guante en su condición de film de terror que jamás renuncia a los estilemas propios del subgénero vampírico; orgías de sangre, dominación, ataúdes etc...
Vicent Lannoo comenzó su carrera con un filme dogma Strass, (2002), pero su siguiente cinta Ordinary Man (2004) supuso un bautismo como realizador de género que ha sabido perfeccionar en Vampires, un filme de estética impecable que nunca abandona su condición de relato gótico urbano y que ofrece algunas escenas estremecedoras... Ya pueden imaginar como es la hora de la cena en la casa Sant Germain's. Relato cruel, descarado y preciso en su condición de film-denuncia, que no escatima a la hora de provocar con elementos perturbadores como la idea de que la comunidad vampírica tenga veda libre para alimentarse de las capas sociales más bajas, en particular de la sangre de inmigrantes ilegales a los que acogen en las jaulas del jardín y alimentan para más tarde proceder al 'vaciado'.
No pierdan detalle de la segunda parte del filme, el periplo de esta particular familia de vampiros belgas francófonos condenados al exilio en Quebec por culpa de los líos del díscolo Samson. La nueva tierra de acogida convierte en anecdótica la condición de seres especiales y los problemas comunes de inmigrantes como los que ellos reciclaban en su país de origen se instalan definitivamente en el seno familiar.
Pónganse los collarines y cojan una ristra de ajos por que la familia Saint Germaín´s es más peligrosa que la de Rudiger (aquel pequeño upiro de ficción creado por Angela Sommer-Bodenburg ), más desternillante que La Familia Monsters y más decadente y adictiva que la troupe de sesudas alimañas de The Addiction (Id.,1995) de Abel Ferrara. ¿Lograrán adaptardse a los tiempos que corren?
Vampires se proyectará el sábado 9 de julio a las 19:45 horas