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publicado el 3 de noviembre de 2011

Engaño consentido

Marta Torres | Sorprende que un director como Rodrigo Cortés, recién salido de una producción tan diferente y arriesgada como Buried (formada básicamente por un solo escenario, un actor y con una capacidad innata para generar tensión), haya escrito el guión de una producción como Emergo, más convencional y en la órbita del cine que pretende hacer más creíble el horror vistiéndole de falso documental. Sin embargo, el formato, que nació como un intento de dar un cierto verismo y devolver el horror de verdad a un género acartonado, se convierte con Emergo en un engaño consentido, en un truco de feria en la linea del esqueleto volante que aparecía en los pases de House on Haunted Hill (1959), de William Castle y que, precisamente, recibía este mismo nombre: Emergo.

La película ha sido dirigida con bastante acierto en lo formal por un joven debutante barcelonés afincado en California, Carles Torrens, conocido por su cortometraje Delaney y por Coming To Town, además de la tv movie Plou a Barcelona hecha para Televisió de Catalunya. Torrens, que ya en sus cortos demostró una gran pericia formal, maneja con brío y buen sentido del ritmo un complicado kubrik de cámaras de mano, cámaras de vigilancia, cámaras nocturnas, sensores y equipos que convierten la película en un interesante ejercicio narrativo y de montaje cinematográfico con lo que fuerza los límites del falso documental al prescindir de la hegemonía del plano secuencia.

Emergo aborda un tema mil veces visto en el cine, el poltergeist, y lo hace con precisión documental y un cierto alejamiento irónico que puede recordar en ocasiones al tono de El último exorcismo (The last exorcism) (2010) de Daniel Stamm, (también un falso documental), aunque sin su afán por retratar lo más oscuro de la sociedad donde se desarrolla la acción, en ese caso, la América más profunda e ignorante. El tono de Emergo es más bien el de la ironía de "vuelta de todo" que se sabe todos los trucos del manual de las casas encantadas y los utiliza uno a uno.

Por otra parte, Emergo podría ocurrir en el extrarradio de cualquier ciudad (de hecho, se ha rodado en el barrio de Poblenou de Barcelona, pero podría pasar por Chicago o Los Ángeles) y se centra en sacar a la luz las sombras y los secretos de una familia compuesta por un padre y dos hijos (una adolescente y un niño) que han pasado por una experiencia traumática: la muerte de la madre. El filme empieza cuando un grupo de parapsicólogos (impagable y muy divertida la figura del Doctor Helzer que borda Michael O'Keefe) entran en una casa donde supuestamente ocurren fenómenos extraños para documentarlos con sus cámaras y aparatos de medición. La casa, como una siniestra caja de resonancia, amplifica los rencores, el odio y la culpa que sienten los que allí viven, poniendo de manifiesto las grietas de la unidad familiar y sugiriéndonos oscuras perversidades, exactamente igual que en el resto de películas de casas encantadas. El guión, y con él la película, juega a insinuarnos que es más que una película de fantasmas para, acto seguido, mostrarnos exactamente lo contrario. Emergo es un filme de entretenimiento hecho con voluntad de juego formal y narrativo. Un ejercicio de estilo con algunas buenas secuencias de terror que no dejará demasiado poso en el espectador hambriento de sustos y pesadillas.

    Película: Emergo. Dirección: Carles Torrens. País: España. Año: 2011. Duración: 78 min. Género: Terror. Guion: Rodrigo Cortés. Producción: Adrián Guerra y Rodrigo Cortés. Fotografía: Óscar Durán. Montaje: José Tito y Rodrigo Cortés. Diseño de producción: María de la Cámara y Gabriel Paré. Vestuario: Fran Cruz. Reparto: Kai Lennox, Mia Mantegna, Michael O’Keefe, Rick González, Fionna Glascott.


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