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publicado el 13 de julio de 2012

Un giallo a la madrileña

Como una muestra de cine low cost de vocación comercial, según las propias palabras de su relizador y guionista César del Álamo (), ha aterrizado en la muestra de largometrajes del Cryptshow Festival de Badalona Buenas noches, dijo la señorita pájaro un giallo a la madrileña con psicópata brutal, policías empecinados, un secreto familiar oscuro y lazos sentimentales emponzoñados.

Lluís Rueda | La combinación no pude ser más efectista, desde luego y a fe que el filme cumple sus expectativas en tanto producto/homenaje a un tipo de cine que prioriza la plástica de la puesta en escena y relativiza la originalidad de un guión preñado de lugares comunes y cierto exceso de subrayados y diálogos, especialmente en el primer tramo de la cinta, que sigue a pies juntillas modelos preestablecidos por realizadores como Darío Argento, Sergio Martino o Umberto Lenzi. Pero, ¿hasta cierto punto qué vigencia puede tener un subgénero como el giallo o el poliziesco all'italiana a ojos de un público adocenado en eso que muchos tildan de postcine? Me refiero a deconstrucción consciente de ciertos parámetros estéticos y argumentales con la voluntad de crear un producto moderno y original. Si nos atenemos al thriller italiano de la década de 1970 y 1980 y observamos experimentos recientes como Amer de Hélène Cattet y Bruno Forzani (insoportable más allá de su condición artie) o pseudogiallos patrios como Los ojos de Julia de Guillem Martínez podemos tener dos ejemplos pertinentes de cómo revisitar un género con voluntades muy dispares.

En el caso de Buenas noches, dijo la señorita pájaro, su realizador ha optado por la ortodoxia italiana trufando algunos instantes del filme, para mi los más brillantes, de ciertos elementos depalmianos que trasmiten esa capacidad de transgresión/voluntad de experimentar/ provocar con soluciones imaginativas y así cautivar al espectador. Si bien el filme, como un giallo de manual, gana en intensidad a medida que el guión se desquicia y sus personajes se alejan de los estereotipos, se ve un tanto perjudicado por cierta dispersión coral que era inexistente en su anterior película, , un propuesta menos esquemática y más imprevisible. Pero dicho esto, nadie debe pensar que está ante un filme acomodaticio y sin personalidad, todo lo contrario, el universo de su realizador conserva su magia en la puesta en escena y en lo global resulta absolutamente consecuente.

La valentía de Buenas noches dijo la señorita pájaro va pareja a su riesgo como producto a sabiendas demodé, algo reconfortante en tiempos en que lo underground puede ser falso, reiterativo e incluso indigesto. El trabajo de César del Álamo al frente de este filme enfatiza en la idea de que la combinación de sangre, fetiches, erotismo y matarifes puede funcionar sin edulcorados procesos de minimalización, que la puesta por la grandilocuencia narrativa desde un set doméstico puede ser hipnótica, eficaz y rotunda. El arte de hacer fuego con dos palitos es en César del Álmo una cuestión de cine por bemoles, con las ideas claras y el factor riesgo mojándole el trasero siempre logra que en muchas de sus escenas salten más chispas que en muchos filmes condenados a la imitación del modelo imperante (la genuflexión ante lo hollywoodiense sin afán de contaminarlo / pervertirlo). Cierto, el filme muestra algunos puntos débiles y cierta indefinición (sabiamente desimuladas en el perspicaz proceso de reescritura de los imperfectos filmes a los que rinde homenaje) como la endeblez de algunos de sus secundarios o alguna decisión respecto a la utilización de la banda sonora no del todo acertada, extremo que no quiere decir que el trabajo en la banda sonora no sea magnífico, que lo es. En resumen, una cinta de bajo coste que une con acierto y pragmatismo retales añiles y no transita por el camino del esnobismo o la relectura insensata. El giallo no es videoarte, es contundencia visual y sentido de la parodia, por ello, César del Álamo, dista de ser un vendendor de humo, su cine es íntegro y su solvencia una cuestión de actitud, constancia y talento.

Carta del director a su público


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