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sitges 2012 - películas

publicado el 16 de noviembre de 2012

Marta Torres | Se podría decir que la protagonista de la primera Maniac, filme de 1980 firmado por William Lustig, era la ciudad de Nueva York, un lugar oscuro e inseguro y el laberinto de caza perfecto para un criminal perturbado, atrapado él mismo en sus paranoias de sangre. Hiperviolenta y underground, la película era un trasunto de los bajos fondos de la ciudad, una realidad irrecuperable 30 años después, puesto que ni Nueva York es el antro que era entonces, ni el remake de Maniac tiene la inocencia salvaje de un filme de bajo presupuesto.

La nueva versión de la película ha sido planeada por el propio Lustig y producida por Alexandre Aja (Las colinas tienen ojos, Haute tension) que ha puesto en manos del director francés Franck Khalfoun un difícil reto: poner al día un filme con ADN de 1980. La solución ha sido variar el punto de vista, si en la primera adivinábamos la psicopatía a través de una ciudad sucia y deformada, ahora vemos el mundo a través de los ojos de un psicópata. Elijah Wood nos presta sus ojos y a través, de ellos, entramos en la mente del asesino obsesionado por su madre, los cueros cabelludos y las maniquíes. La nueva Maniac es un producto digno, con algunas escenas contundentes y una dosis adecuada de locura enfermiza, pero algo fuera de su época, ya que ni su contundencia gore asusta a nadie ni presenta argumentos interesantes o nuevas vueltas de tuerca al género del slasher y los asesinos en serie.


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