publicado el 8 de julio de 2013
Marta Torres | Cryptshow festival ha cerrado este fin de semana una séptima edición dulce, madura y, por fin, multitudinaria. Han tenido que pasar tres años para que Badalona se fijara en este pequeño festival dedicado al terror en todas sus formas y variantes y se llenara el Círcol, el hermoso teatro donde tienen lugar las proyecciones. Aprovechando la mítica sobrenatural del número siete os dejamos con siete momentos que han marcado el Cryptshow de este año.
1. Jack Taylor recogió el domingo el premio honorífico del Cryptshow. Elegante, cercano y divertido, el actor bromeó con el público y explicó anécdotas de sus rodajes, en especial de su papel como sacerdote en Cónan el Bárbaro (1982) (“literalmente, pasé miedo”) o sus experiencias en El buque maldito con Armando de Ossorio (“que sólo pensaba en sus templarios. Los actores le sobrábamos”). Jack Taylor es una cara habitual en el cine de serie B, en el que ha aparecido en decenas de películas, aunque también ha trabajado con directores como Roman Polanski (La novena puerta, 1999) o Milos Forman (Los fantasmas de Goya, 2006). El actor sigue en forma y a pesar de sus 76 años de edad continua trabajando: durante la gala se proyectó el tráiler de su último trabajo, Wax, un remake de La casa de cera dirigido por Víctor Matellano y que ahora está en postproducción.
2. La entrega de premios. El jurado de este año (Héctor Claramunt, Daniel Ausente, Xavi Pons, Anna Solanas y Jordi Sánchez) premió un cortometraje de ciencia ficción distópica llamado Frost dirigido por el canadiense Jeremy Ball. Hermoso y muy bien realizado aunque, en nuestra opinión, más parecido a un boceto para un largometraje que a un corto. El premio del público fue para Hotel, de José Luis Alemán, un corto que destaca por su diseño de producción y un giro final demasiado forzado.
3. Thanatamorphose. La sensación del festival. La película que, por si sola, justifica todo el Crypthsow de este año y una visita al festival. Se proyectó el viernes a primera hora en una sala llena y con la presencia de su director, el quebequense Éric Falardeau. Poéticamente macabra y no apta para estómagos delicados, Thanatamorphose es un filme que lleva hasta el límite la metáfora de la muerte en vida. Si no habéis podido asistir a la proyección, no hay problema. Tyrannosaurus Entertaintment lo ha editado en DVD.
4. Batalla de programadores: Molins contra Fantosfreak. Segunda edición, muy concurrida y muy divertida, de esta batalla particular que enfrenta en duelo a programadores de festivales de terror y fantástico, en este caso a Roger Sàbat del Festival de Terror de Molins de Rei y a Rafa Dengrá de Fantosfreak. Durante la contienda, que se celebra siempre de noche y es gratuita, pudimos ver algunos de los cortos más surrealistas y divertidos del festival en un ambiente más que festivo. Ganó Rafa Dengrá, entre otras cosas, porque proyectó cosas como ésta:
5. Vermut literario. Este año se inauguraba un nuevo formato que mezclaba la tertulia literaria y el vermut. El sábado a mediodía unos cuantos fans de las letras nos reunimos con los escritores Marc Pastor (Bioko), Sebastià Roig (El cogombre sideral) y David Roas (Tras los límites de lo real). Hablamos de literatura de zombies, de vampiros, de Nosferatu y (¡glubs!) de editoriales mientras bebíamos vermut y picábamos algo.
6. El cartel. Nos ha gustado mucho este año el cartel, diseñado por el artista catalán Antoni Benages i Pla. De aire retro y minimalista, nos presenta a una muerte “viva” que te mira directamente a los ojos y de cuya calavera, brota sangre. Este año el festival ha tenido una buena carga visual, con una muy buena exposición de cuadros e ilustraciones y más implicación de los comerciantes de la zona, que han decorado sus tiendas con motivos macabros.
7. Foto finish del festival con la familia Cryptshow al completo.