publicado el 6 de septiembre de 2013
Marta Torres | Tú eres el siguiente, del director Adam Wingard, es uno de esos raros productos que, a pesar de sus bondades, o por culpa de ellas, ha pasado unos años congelado antes de su estreno definitivo en cines. La película se mostró por primera vez en el festival de Toronto (TIFF), con buenas críticas, y en el Fantastic Fest de Austin (Texas), la madre de todos los festivales de terror, donde ganó varios premios importantes. Lionsgate adquirió los derechos para su distribución y han tenido que pasar dos años para que se estrenara finalmente en cines. Subrayo este hecho porque Tu eres el siguiente es un film más que interesante en el cansino subgénero del slasher y nos parece inexplicable que duerma el sueño de los justos durante dos años.
Tu eres el siguiente se presenta de entrada como la sublimación del slasher de los años ochenta, que giraba a menudo a partir de la idea de un grupo aislado de gente acosado por una presencia enemiga criminal, a menudo sin rostro o motivaciones aparentes, lo que aumentaba la sensación de terror. En este caso, la puesta en escena del escenario del crimen de Tú eres el siguiente es canónica: una familia numerosa aislada en una vieja casona, la presencia de un asesino que el espectador conoce pero la familia no, el uso de un elemento fetichista (las máscaras de animales que portan los sitiadores), la tensión que aporta no saber cuándo empezaran las muertes y el uso inteligente del fuera de campo junto a una decidida apuesta por las imágenes escatológicas y la sangre hacen de la película un manual de buenas prácticas del subgénero llevado con ritmo y convicción. Aunque también podría decirse, con razón, que Tú eres el siguiente pervierte todos y cada uno de los estereotipos del slasher.
Para empezar, los asesinos y sus máscaras son casi un pretexto, o un Macguffin, que emplea Windgard para hacer avanzar la trama y explicarnos lo que realmente importa: las enrarecidas relaciones de una familia muy mal avenida que celebra una cena un poco más violenta y salvaje de lo habitual, de forma que la orgía de sangre que se organiza parece más una extensión de sus conflictos que una amenaza externa. No es novedad, el terror suele explorar las grietas familiares pero es más extraño utilizar la violencia extrema y la sangre para abordar estos temas. Tu eres el siguiente lo consigue y además lo hace en la frontera más que resbaladiza que hay entre la crueldad y la comedia negra, la película seria y el filme festivalero.