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publicado el 9 de octubre de 2013

Esquemas de la violencia

En el excelente drama Incendies (Id., 2010), un retablo moral sobre las emociones y los conflictos de Oriente Medio a partir de la mirada de una familia, el director canadiense Denis Villeneuve ya mostró una enorme capacidad para construir una crítica sagaz y desnuda de maniqueismos sobre diferentes asuntos morales. El odio, el caos, la interpretación de la violencia son temas que merecen la pena tratarse sin coartadas banales en lo argumental y, en general, con una estrategia estética férrea acorde a un guión rotundo. Esa premisa prevalece en la mirada del director canadiense a tenor de su cuarto largometraje, Prisoneros (Prisioners, 2013). Prisoneros es un filme trabajado con una uniformidad de criterios poco común, una atmósfera asfixiante que nos retrotrae rápidamente a los mejores relatos de John Connolly, aquellos en que lo fantasmal anida en el tuétano de un thriller potente, bestial y desgarrador, pero relatado desde las sombras y generando una capacidad de hipnosis cinematográficamente impecable.

Lluís Rueda | Es fácil y pertinente comparar Prisioneros con filmes de la catadura de Mystic River (Id.,Clint Eastwood, 2003) o Zodiac (Id., David Fincher, 1998) filmes donde las obsesiones y los actos del pasado transforman a sus personajes a portarlos a cierta a una deriva moral incierta. Desde el agente de policía interpretado por Jake Gyllenhaall, que deambula por el filme como un ser en constante redención ocultando sus tatuajes como si fueran un mapa de su odio, hasta el padre que ha sufrido el secuestro de su hija, un impresionante Hugh Jackman (Keller Dover), son la cara de una misma moneda. Por que el tema que aborda el filme, el dolor como elemento transformador e irreversible, es en cierto modo una excusa para mostrar al espectador la violencia más extrema a la que el ser humano puede recurrir en caso de desesperación. En Prisoneros se dan de la mano la estética vertiginosa a la manera de Seven (Id., 1995) y un guión laberíntico cortesía de Aaron Guzikowski en el que es imprescindible escarbar a cada instante para degustar con precisión aquello que no es mostrado, pero apuntado, y fabulosamente sugerido. Vaya un ejemplo, cuando el policía interpretado por Jake Gyllenhaall comienza a buscar a las pequeñas Anna y Joy, desaparecidas en extrañas circunstancias, e impulsivamente se adentra en la casa de un reverendo en busca de pistas hasta acabar en un sótano ignoto y en sombras rodeado de estatuas de ángeles que le atormentan como sombras del pasado. El agente Loki ha regresado al infierno de sus recuerdos y el filme nos muestra un aspecto del personaje que le dota de una dimensión extraordinaria dentro de esta historia de niños desaparecidos y familias a la deriva. Justamente en esa secuencia es cuando Loki muestra toda su capacidad de violencia y donde podemos rastrear con mayor precisión en la naturaleza oscura de su infancia. Son detalles poderosos de un filme cuyo ritmo se cuece a fuego lento pero nunca titubea en frivolidades excepto en algún exceso de giros en su tramo final.

Como decíamos, Jackman está espléndido en su condición de padre dispuesto a tomarse la justicia por su mano, y también en esa línea argumental del filme, Denis Villeneuve ofrece su mejor versión, sometiendo al personaje de Alex, un retrasado mental que fue detenido como principal sospechoso a un via crucis digno de un thriller coreano de los que remueven las tripas quizá a la manera de Old Boy (Oldboy. Park Chan-wook. 2003 ). Violencia física, moral y emocional, género negro de la mayor catadura y una concepción de thriller moderno son la receta en la que se deberían mirar algunos directores, Villenaube puede sumar su nombre a ilustres como Sidney Lumet (Antes que el diablo sepa que has muerto (2007)) noveles como James Gray (Two Lovers (2008)) y consagrados como David Fincher (Seven / Zodiac), directores capaces de sondear en las estructuras de la sociedad con una mirada sagaz y nada acomodaticia. Prisioneros es honesta, brillante, expeditiva y formalmente extraordinaria.


    FICHA TÉCNICO-ARTÍSTICA
    Título original: Prisoners. Año: 2013. Duración: 146 min. País: Estados Unidos. Director: Denis Villeneuve. Guión: Aaron Guzikowski. Música: Jóhann Jóhannsson. Fotografía: Roger Deakins. Reparto: Hugh Jackman, Jake Gyllenhaal, Viola Davis, Maria Bello, Terrence Howard, Melissa Leo, Paul Dano, Mike Gassaway, Dylan Minnette, Len Cariou, Wayne Duvall, Jane McNeill, Sandra Ellis Lafferty, Tiffany Morgan, Todd Truley
    Productora: WB / Alcon Entertainment / 8:38 Productions / Madhouse Entertainment


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