publicado el 21 de noviembre de 2013
Marta Torres | Europa One es un curioso caso de película de ciencia ficción dura. Significa que lo que se narra es posible según las leyes naturales que conocemos. En la práctica, implica que su argumento puede ser abordado como una teoría científica y de hecho lo es ya que bascula entorno a la posibilidad real de que exista agua y vida bajo la superficie helada de Europa, uno de los satélites de Júpiter. Esto, en principio, no está reñido con la calidad dramática de la obra, miren si no casos como 2001, Odisea en el espacio, Abyss o, y aquí no está tan claro, Primer, pero si puede lastrar su capacidad de creación, además de que sea discutible que un producto así pueda calificarse de cine fantástico.
La historia en sí es simple y, en cierto modo, bastante predecible. Una empresa privada sufraga una misión tripulada a la cuarta luna de Júpiter para probar la existencia o no de vida bajo su superficie. Pero a causa de un fallo técnico, la tripulación pierde el contacto con la Tierra y debe seguir con la misión por su cuenta y riesgo. La película está hecha con las imágenes de las cámaras diseminadas por la nave que la empresa recupera cuando de improviso vuelve a recibir señales de la misión, lo que le permite reconstruir lo que ocurrió. Esto proporciona al filme una pátina realista matizada por el hecho de que quien nos cuenta la historia es la misma empresa que envió la misión a Europa. Al margen de si el guionista, Philip Gelatt, o el director, Sebastián Cordero, estaban pensando en esta posibilidad, este tercer nivel narrativo ofrece muchas posibilidades interesantes ya que nos plantea la opción de que la empresa no cuente toda la verdad sobre lo sucedido. ¿Es el documental una herramienta de propaganda?¿Es un producto tendencioso hecho para manipular al público? El tono, entre cursi y épico de la voz en off empleada nos dan a entender que sí, pero Europa One es un producto ambiguo en este sentido y bien podría ser que el tono y el dramatismo humanista que destila la serie estuvieran hechos en serio.
Al margen de esto, al película es una historia entretenida, aunque algo lineal, de unos astronautas dispuestos a arriesgar sus vidas por encontrar vida en una luna desolada de Júpiter. Entre sus bazas se cuenta la capacidad para recrear el espacio real donde se llevaría a cabo una misión de estas características (falta de espacio, falta de aire, fragilidad de la nave espacial expuesta a los rigores del espacio, difícil convivencia) y entre sus inconvenientes los derivados de ceñirse al máximo al guión científico de la obra.