publicado el 22 de noviembre de 2013
Marta Torres | La primera incursión en el horror gótico de Vincenzo Natali, (Cube, Splice. Experimento mortal), es una película familiar y sin demasiadas ambiciones sobre una muchacha atrapada entre dos mundos con su familia, que un buen día se da cuenta de que cada jornada hace exactamente lo mismo y de que cada día es exactamente el día anterior a su 16 cumpleaños. La película, que podría prometer de entrada, es un filme muy bien realizado, con algunos momentos de suspense conseguidos e incluso algún apunte inquietante pero que resulta frustrante viniendo de un realizador que nos tenía acostumbrados a argumentos más valientes y puntos de vista inesperados. El realizador de Cypher o de Cube (que fue considerada la mejor película de ciencia ficción de la pasada década) nos muestra en Haunter su lado más previsible y acomodaticio. Pensada para satisfacer a todos los públicos, Haunter es el germen de la que podría haber sido una buena película de espectros, dado su hasta cierto punto poco agotado argumento que mezcla en una misma historia asesinos con fantasmas, pero pronto se agota en referencias a otras películas de género, como Los otros o incluso Bitelchús. Quizá la idea más interesante de la película es la concepción de la casa donde vive la protagonista como escenario múltiple, que puede conectar en un mismo espacio tiempos diferentes y albergar al mismo tiempo diferentes espacios, lo que la acercaría curiosamente a películas como Cube, pero Natali no se muestra convincente en este espacio y desaprovecha la oportunidad de tejer una historia de fantasmas y casas encantadas diferente y, sobretodo, algo más personal.