publicado el 21 de octubre de 2016
Formulada como una aventura gráfica en primera persona, Hardcore Henry, a priori podría pasar como un film oportunista que aboca toda su valía a la espectacularidad y a un punto de vista en primera persona que incorpora al espectador a la experiencia cinematográfica. En gran parte esa premisa se cumple, sin embargo, su argumento, su planteamiento y sus prestaciones, aunque no están demasiado alejadas de las de una cinta de acción abrumadora, son significativamente interesantes. Henry es un hombre reconstruido en cyborg que se despierta en un avión tras ser devuelto a la vida por su esposa. Nada sabemos de su pasado; su objetivo es sobrevivir al ataque de un sinfín de agentes peligrosos y buscar a un villano con poderes extrasensoriales en busca de venganza.
El recorrido, pantalla a pantalla, hasta la última ratonera de Moscú, pasando por variopintos escenarios como un puticlub, un puente de hierro gigantesco, el metropolitano, edificios en ruinas, bases secretas, bosques peligrosos, carreteras, etc.... Sus prestaciones, prácticamente ilimitadas a medida que aprende: manejo de armas, artillería pesada, lucha cuerpo a cuerpo y una resistencia casi ilimitada. Una vez dicho esto la pregunta es, ¿y cómo el espectador se identifica con Henry? Pues metiéndose en su coraza y disfrutando de la experiencia como si el que paga la entrada del cine fuese el mismísimo Iron Man. En la parcela actoral, además, cabe destacar la presencia de ese personaje cambiante y bufón interpretado por Sharlto Copley que interactúa en múltiples papeles con Henry y nos regala toda una retahíla de situaciones descacharrantes en mitad de una tormenta incesable de violencia.
Una de las virtudes de esta cinta sangrienta, donde no faltan enemigos estallando en el aire, acuchillamientos y hasta lanzamiento fatal de prostituta, es precisamente una enérgica combinación entre elementos sci-fi estimables, alusiones a avatares y un contenido cyberpunk posibilista que abarca misteriosas corporaciones. En síntesis una cinta que amplía el legado de sagas como Matrix de los Wachowsky sin ínfulas ni mesianismos baldíos. Para hacerse una idea de su recorrido e intenciones sólo hay que recordar que el productor de la cinta no es otro que Timur Bekmambetov, el director ruso que rediseñó la figura del vampiro con la película Guardianes de la noche. Hardcore Henry es también una película hecha sin pedir permiso.