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publicado el 30 de septiembre de 2006

Lluís Rueda | LA PRIMERA DE LAS ENTREGAS DEL PROYECTO TELEVISIVO Películas para no dormir, coproducción de Tele 5 y Filmax, llega directamente a las estanterias del videoclub antes de ver la luz en la parrilla televisiva. Esa parece que va ha ser la tónica dominante para este conjunto de TV movies que cuenta con realizadores de la talla de Mateo Gil, Jaume Balagueró, Chicho Ibáñez Serrador o el mismo Álex de la Iglesia. Es sorprendente que un trabajo tan excelente como La habitación del niño no se haya hecho un hueco entre tanta sitcom mediocre y torticera y, desde luego, hemos de considerar un notable error de la distribuidora el no haber estudiado una fórmula para agrupar estas nuevas “Historias para no dormir” buscándoles una salida digna en la gran pantalla. Por lo pronto se me ocurre agrupar estos filmes, de ajustado metraje, en sesiones dobles. ¿Quién no acudiría a las salas cinematográficas a ver una doble sesión, pongamos, de Chicho y Balagueró? Por cierto, el episodio de este último ha acudido fuera de concurso a la Mostra de Venecia 2006 y, éste mismo que nos ocupa, La habitación del niño, tuvo su puesta de largo en el Festival de Cine Fantástico de Sitges 2005.

Dicho esto, cabe felicitarse por el trabajo realizado por Álex de la Iglesia. El realizador guipuzcuano ha sabido captar el espíritu de la obra seminal de Chico Ibáñez Serrador y adaptarla a los nuevos tiempos, dando en el clavo tanto en lo formal como en lo temático. Ítems del fantastique, imperecederos, como “el doble”, son asumidos por el realizador en un contexto añejo que, sin duda, recuerda gratamente al de House on Haunted Hill(1959) de William Castle.

De la Iglesia, lapida, con cuatro ideas bien definidas, todos los aciertos mostrados por el terror asiático contemporáneo, fagocita por un universo decadente que a David Lynch le haría cosquillas en el estómago y se introduce de bruces en los terrores del ciudadano moderno con una capacidad abrasadora. Visitantes nocturnos, cámaras de video, universos paralelos y humor socarrón comforman un cocktail de exquisita presentación gótica y espeluznante efectividad. Revelar en demasía el argumento sería hacer un flaco favor a aquel que se acerque a esta pequeña joya cinematográfica de aires lovecraftianos. Alguien debería advertirle al bueno de Álex de la Iglesia que el terror es su elemento natural, y que sus comedias negras, algunas como El día de la bestia(1995) y La Comunidad(200), ya apuntan en esa dirección.

No pierdan detalle de la sutil concepción del tempo y lo sigiloso de su cámara, el bueno de Álex les dejará absolutamente boquiabiertos, tampoco pierdan detalle del guión de orfebre escrito alalimón con su inseparable Jorge Gurricaecheverría. Tras disfrutar La habitación del niño nos quedan mil preguntas en el tintero, ahí va una de ellas: ¿Es posible que Hollywood nos escamoteara en su día a un potencial maestro del terror dada la exclusión del realizador vasco del proyecto Alien 3? Desde luego nadie pude negar que su discurso cinematográfico es único, inimitable y coherente: ¿alguién duda que un salto al fantástico más ortodoxo reforzaría esos valores?


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