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publicado el 26 de diciembre de 2007

Pau Roig | Comentábamos hace poco en la reseña de Mortuary (Id., 2005) el empeño de Tobe Hooper (nacido en 1943) en tirar por la borda el prestigio y el reconocimiento obtenidos con sus primeros trabajos dentro del género, especialmente La matanza de Texas (The Texas chainsaw massacre, 1974). El baile de los muertos, su contribución a la primera temporada de Masters of horror no hace sino acrecentar tal impresión, y no sólo por tratarse, de largo, del peor episodio de la serie, sino por adaptar tan mal un relato original de Richard Matheson suficientemente prometedor e interesante sobre el papel como para haber merecido mejor suerte. A los mediocres resultados no es ajena, sin embargo, la adaptación televisiva perpetrada por el temible hijo del escritor, Richard Christian Matheson, obstinado también desde hace ya bastantes años en hundir el prestigio obtenido por su padre a lo largo de su dilatada trayectoria como guionista cinematográfico (Richard Matheson es autor, por ejemplo, de muchos de los libretos de la magnífica serie de adaptaciones de relatos de Edgar Allan Poe realizada por Roger Corman en los años sesenta). La enloquecida trama apocalíptica de El baile de los muertos nos presenta un futuro devastado por una guerra química que ha acabado provocando la resurrección de los muertos, con quiénes los supervivientes se han acostumbrado a convivir, más o menos. En el escenario del bochornoso club nocturno que centra buena parte de la historia (“The doom club” en el inglés original, “La habitación de la muerte” en español), regentado por un Robert Englund tan pasado de vueltas o más de lo que es habitual en él, los zombies son cosidos a descargas eléctricas para que bailen ante un público enfurecido formado en su mayor parte por jóvenes adictos al alcohol y a las drogas de diseño (dos de los protagonistas, sin ir más lejos, malviven de robar la sangre no infectada de personas mayores para venderla en el mercado negro). La relación, totalmente increíble, de uno de estos adolescentes rebeldes sin rumbo con Peggy, una chica inocente que vive con su dominante madre y trabaja con ella en una solitaria cafetería que parece un oasis en medio del caos centra también buena parte del interés de la producción hasta la inevitable sorpresa final, que en realidad no es tal porque Hooper la desbarata casi de entrada con un tratamiento que confunde ruido con intensidad, acumulación sin sentido con ritmo trepidante, estridencia con amoralidad. Matheson y Hooper superponen ideas y situaciones que no desarrollan, no profundizan en ninguna de las (muy evidentes) lecturas sociopolíticas del relato original, y el conjunto parece haber sido rodado encima de manera precipitada y sin un objetivo o un fin concreto. El director se hace al moderno jugando con el montaje sincopado y utilizando una atronadora música post-industrial firmada por Billy Corgan, el cada día más perdido líder del grupo Smashing Pumpkins, al mismo tiempo que intenta sacar partido de un diseño de producción ejemplarmente feísta y oscuro, pero se olvida por completo de la historia y de sus personajes.

    Masters of horror: “El baile de los muertos” (Dance of the dead)
    D: Tobe Hooper G: Richard Christian Matheson, sobre una historia de Richard Matheson F: Jon Joffin M: Billy Corgan D.P.: David Fischer E: Andrew Cohen A: Jonathan Tucker (Jak), Jessica Lowndes (Peggy), Ryan McDonald (Boxx), Marilyn Norry (Kate). Emitido el 11 de noviembre de 2005.


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