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sitges 2013 - películas

publicado el 11 de noviembre de 2013

Sangriento homenaje al cine

Marta Torres | Sion Sono vuelve a superarse a sí mismo y dirige su particular réquiem al cine en 35 mm con una película desmadrada, divertida y lúdicamente excesiva. Una fiesta cinéfila con litros y litros de sangre, desmembramientos y toneladas de celuloide que puede leerse como una autobiografía ficticia y un homenaje al cine más radical y gonzo que marcó sus inicios como director. No en vano los protagonistas son un grupo de cineastas kamikazes que graban peleas callejeras y están dispuestos a morir por un buen plano al grito de Fuck Bombers!
La película mezcla en una misma historia a un grupo de aficionados al cine que sueñan con rodar una película, un joven que se hace llamar nuevo Bruce Lee, dos clanes mafiosos a cual más delirante y una joven femme fatal que se hizo famosa de pequeña gracias a un anuncio de pasta de dientes y cuya madre, que ha estado diez años en la cárcel, sueña ver convertida en actriz. A fuerza de batidora, y algo de postmodernidad bien entendida, Sono hace coincidir todos estos elementos en una secuencia final apoteósica que bien podría definirse como un Kill Bill al estilo Sion Sono sin olvidar referencias a Election o Cinema Paradiso.
Como todo lo que hace Sono, Why don’t you play in Hell es un filme radical y operístico, si bien aquí el habitual toque exagerado y surrealista del director de Love exposure ha derivado hacia el humor más grueso y el gore más sangriento sin olvidar emocionarnos en ocasiones. Una locura que es un canto al séptimo arte que consigue, también, reírse del séptimo arte.


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