Un mapa de las emociones

Lluís Rueda | Sin duda uno de los filmes del festival. Una propuesta diferente que propone una idea del futuro en el que los actores venden su imagen para explotación digital partiendo de la idea original de Stanislaw Lem expuesta en su obra Congreso de futurología (1971). El filme protagonizado por Robin Wright evoca la lozanía perdida de la protagonista de La princesa prometida y juega con la idea del desencanto, la honestidad y el ocaso desde una perspectiva faustiana. Uno de los aciertos del filme es transformar parte de su metraje en una animación alucinada que reflexiona sobre la pérdida de la identidad y que homenajea bajo un prisma crítico a algunas de las estrellas más rutilantes de Hollywood. Un filme bello, irreverente de una imaginería colosal. Huelga decir que Robin Wrigth luce espléndida en su condición crepuscular y que el relato es portentoso cuando indaga en el amor de una madre por un lugar y un espacio que un día habitó y que giró en torno de la figura de su hijo enfermo. Un filme diferente, necesario y de una sencillez en su discurso que contrasta notablemente con el mundo apocalíptico y caótico que propone. The Congress es un ejemplo fantástico de cómo la ciencia ficción puede ayudarnos a cuestionar el mundo que nos rodea y trazar un mapa de las emociones absolutamente indispensable.