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publicado el 25 de febrero de 2014

Eugenio Mira: "Yo jamás escribiría algo como Grand Piano"

Por cuestiones de agenda no pude hablar más de cinco minutos con Eugenio Mira en el festival de Sitges, donde presentaba 'Grand Piano' y quedamos dos meses después en Barcelona. Era Navidad y nos vimos en una cafetería bastante concurrida del barrio de Gracia. Teníamos algunas horas por delante y, a pesar de que la película había perdido buena parte de su actualidad, me apetecía descubrir porqué 'Grand Piano' me dejó un regusto agridulce. Era una película divertida pero no resistía un análisis. Intuía que era, además, una trampa y no sabía si aquello me encantaba o me repelía. Así que se lo pregunté y la respuesta fue aún más ambigua que la película.

Marta Torres | Si una pieza de información se mide por su capacidad por reducir la entropía del universo, en este caso, del universo cine, esta entrevista puede considerarse un desastre. Hablar con Eugenio sin las ataduras de un jefe de comunicación que mida los tiempos y vigile, siempre en el extremo de nuestra visión periférica, es como entrar en los abismos no euclidianos de la matemática de Lovecraft. Pisas terreno desconocido y las verdades de la mercadotécnica, sencillas y fáciles de vender, se vuelven borrosas divagaciones artísticas. Aviso que he adoptado deliberadamente la decisión de no editar la entrevista más allá de los necesario para que entréis en contacto sin demasiados filtros con el director y su forma de pensar. Quiero que os quedeis perplejos y os perdáis un poquito en esta miasma de tesis, espejismos y antítesis que es el discurso de Mira. Porque las cosas no son fáciles ni las respuestas unívocas.

...y menos en el cine. Dicho esto, disfrutad.

Grand Piano fue un encargo ¿Hasta qué punto te has sentido autor de la película?
Mi vocación es la de director. En España la figura del director se asemeja a la dirección de actores pero lo que yo entiendo por dirigir se hace junto al director de fotografía y al montador. A los que vemos la dirección como una forma de expresión nos interesan directores como Polansky, Spielberg o Scorsese, que tienen un trazo, o Jess Franco, en los que reconoces una forma de hacer las cosas. La parte del cine más folclórica nunca me ha interesado. Es la parte que todo el mundo puede reproducir porque son “las canciones”. Por el contrario, me interesa la música. La música está en manos de músicos y los músicos no tienen porqué hacer canciones que pueda silbar todo el mundo. Grand Piano representa lo más cerca que pueda estar, sin que me salga urticaria, de una canción.

¿…?
Es por el guion, por la dosis brutal de mediocridad y cosas que no has visto nunca que tiene Grand Piano. Es una mezcla muy chula y para mi eso es un secreto que, cuando sale bien, se sostiene por sí mismo. Todo el mundo dice que el mérito es mío porque el material no es para tanto… no, no… si el material no fuera así no llegarías hasta el final. Es lo mismo que la gente que es fan de Spielberg pero sólo le gustan sus buenas películas, y buenas hay muy pocas. Las que más me interesan son las pelis que se zambullen en el cine. Tiburón me parece una de las mejores películas de la historia pero a mi lo que me gusta de Spielberg es Munich, Encuentros en la Tercera fase o Inteligencia Artificial, películas en las que el cine está buscando algo y no está yéndose a lo fácil… y no estoy comparando Tiburón con Grand Piano pero sí que son dos películas que son como el disparo de una bala que va a algún sitio. “Si fallas una nota te mato” y no sabes porqué… y hay un tiburón y si no lo paras se va a comer a todo el mundo.

Entonces, si el guion de Grand Piano es un mecanismo ¿Quién pone el alma?
El guionista, a quien yo conocí, Damien Chazelle, escribió esto queriendo dirigirlo él mismo. Yo quiero pensar que la gente que es cineasta, que no es sólo director de cine o escritor, sino que concibe películas, se les va a colar la pasión por algún sitio. No era normal que una cosa tan endeble, que una premisa así, funcionase tan bien… la gente que leía el guion y que se lo pasaba pipa, no llegaba a pensar en lo absurdo que era todo y eso es mérito del guionista.


Elijah Wood en Grand Piano


Para mi el reto fue decir, si funciona en papel, tiene que funcionar en pantalla. Y si no funciona es que lo he hecho mal porque en papel funciona para mi asombro. Esa fue la apuesta: voy a intentar meter todo el cine para que me compense hacer esta peli pero sin que deje de ser lo que es. Ha sido como volver al sueño hecho realidad del director vocacional de dieciséis años que dibujaba story boards, que es lo que yo era. A mi siempre me ha motivado el cómo, no el qué y Grand Piano era el colmo… con tantas restricciones como había…

Se basa en la limitación…
Todo proceso artístico, por definición, avanza con restricciones. Que vengan ya dadas es un reto más. Piensas, ¡qué guay! Lo bueno de Grand Piano es que es lo suficientemente rara para que me parezca que vale la pena. Si te parece de Hitchcock o de De Palma es el logro más bonito que hemos conseguido porque no existe una película ni de uno ni del otro que sea ni remotamente parecida.

¿Es un truco?
Soy un pervertido, tengo que reconocerlo, la escritura estaba de mi parte. El hecho de que haya un semidiós cabreado contigo por no aprovechar tus talentos es muy del Antiguo Testamento, muy fuerte…

En esta peli hay dos escenarios y dos directores…
Eso es flipante, es el metalenguaje… dotar de un privilegio de información al espectador y enseñar a un público que está ahí y que no se está enterando de lo que nosotros sabemos es la definición del suspense.

Parece una metáfora de lo que es un director de cine… ¿es el crítico o el productor el que te apunta con un rifle?
Es el crítico de Ratatouille… que te hace que seas mejor (risas). Hablando del protagonista, el pánico escénico que sufre es prepotente, es pensar que no estás listo para dar lo mejor de ti mismo. Hay que dejarse de hostias, el público no es nunca una razón para retrasar algo porque nunca van a llegar al nivel de lo que les estas dando. Tienes que esperar a que alguien conecte con eso. Creo que hay dos vías: intentar llegar a todo el mundo o comprender que sólo puedes sintonizar con la gente usándote a ti mismo como referencia.

¿y en qué posición estás ahora?
Ahora mismo estoy en la mejor del mundo, porque de una forma completamente opuesta a la que había sido mi plan del Instituto, se me percibe como un director que se ha enfrentado a una proeza después de haber hecho dos películas más personales: Agnosia fue un híbrido, The birthday fue 100 por cien personal y mi corto Fade fue una tesis: “dejadme en paz, no tengo porqué dar explicaciones”, la prepotencia de tener 22 años… ahora puedo elegir lo que quiero hacer, puedo desarrollar proyectos por mi cuenta mucho más personales… como Rodrigo Cortés, que puede combinar guiones que ha escrito él con algo como Buried.


Agnosia

Lo que quiero decir es que nunca he estado mejor. Me interesa tanto desarrollar mis propias ideas como ver un material ajeno y saltar. Toda la gente a la que admiro lo ha hecho, como Polanski. Una cosa sí puedo decir… yo jamás escribiría algo como Grand Piano, eso sí que puedo decirlo, no puedo… lo podría haber escrito cuando era muy joven. Algo tan masturbatorio para un director sólo puede venir de fuera, y no es una causalidad que lo haya escrito un director. Lo hizo para lucirse… y claro, me ha llegado cuando él ya lo ha dejado a un lado para hacer otro tipo de cine y entonces dices, bueno chaval, pues voy a hacerlo pero a mi estilo. Y así ha sido. La gente habla de Hitchcock, de De Palma, pero yo me he ido al cine mudo, porque es de donde viene todo… y claro que es de Hitchcock y De palma, pero es que está escrito así… no tiene nada de malo. Es maravilloso.

Se nota una tensión entre un guion muy mecánico y una puesta en escena muy rica…
Es como una película de Disney, como Dumbo, que si te saltas el cuento… todo el resto, lo que no es el cuento, es demencial. El otro día estuve viéndola y hay un momento en que unos afroamericanos están clavando clavos y cantan: “esto es lo que tiene no haber estudiado, aquí estamos clavando clavos”. Con nueve años, tu ves Grand Piano y te van a impactar cosas: como le cortan el cuello a un chica con un arco… te va a crear una perturbación que está ahí pero que en el guion no aparecía. Pero no deja de ser lo que está en el guion… eso para mi es increible.

Además de director, eres compositor, ¿ha influido eso en la película?
Ha habido un proceso de colaboración con Víctor Reyes, el músico. La música se creó siguiendo las imágenes y las acciones… es decir, al revés que en El mago de Oz, donde pones la música y Judy Garland hace ver que canta.

Teníamos el animatic y el monitor de lo que rodábamos a la vez en pantalla. Era robótico, era como colorear. Elijah Wood entendía lo que tenía que hacer, cuales eran los confines en los que se tenía que mover y él interpretaba. No podía cuestionar que al final mirara a la izquierda o a la derecha porque el siguiente era un plano detalle de un móvil que sube a la cara y esta subida venía marcada por un ¡tarararán! Fue una locura, no puedo ni explicarlo.

Ibais con metrónomo casi…
Literalmente. Con metrónomo y con dictado… parecían dibujos animados. Lo que pasa es que si lo ves… hay un momento en que te entra un rictus estúpido de “que ridículo es todo esto” porque es muy histriónico todo y es parte de la gracia: ¡es un tipo que está hablando mientras toca!

(SPOILER)

y la salida de tono final con la mujer…
Eso venia en el guion. Eso es Doris Day cantando en El hombre que sabía demasiado. La película está tan pasada de rosca que está en otro universo. Lo que no quería es que fuera una parodia. Así hay que leer la relación entre la novia y sus amigos, que no han podido acceder al palco y ella, desde arriba ve pasar los cadáveres de los que ya no forman parte de su nueva vida… o el lacayo del malo que es el único que le cuestiona y de ahí la escena de las cuerdas, como hilos de una marioneta. Yo con esto ya me quedo tranquilo. Lo que no voy a hacer es telegrafiárselo a la gente. Entiendo que estamos en una época en que es muy complicado intentar reivindicar eso en una película que es tan pop pero es que hay espacio para esas cosas, creo que el cine aguanta muchísimas capas semánticas. El tiempo dirá… tú ves esta peli dentro de cuarenta años y no sabes lo que estás viendo. Parecerá una peli de los años veinte: con Elijah con los ojos azules, engominado. Es una película que está fuera de su tiempo, totalmente.

(FIN SPOILER)


Corey Feldman fue el protagonista de The birthday

¿Qué has ganado y qué has perdido desde The birthday?
Hay un precio que hay pagar para hacer un cine que esté a la altura de tu ambición artística, si quieres hacer películas como las que hace ahora Paul Thomas Anderson. Antes sólo me interesaba como director y desde Punch-Drunk Love me interesa también como autor. Vi Boggie Nights y pensé, Scorsese, porno… yo también lo se hacer. Para mi no es suficiente. En cambio, en Punch-Drunk Love vi, a lo mejor, lo que tú viste en The Birthday… y The birthday existe gracias a una posibilidad. Mi productor no sabía lo que estaba haciendo, y me convenció de que sí lo sabía y que la película estaba de la hostia. No tiene nada que ver con mi creatividad sino con la posibilidad de llevarlo a cabo.

Esa mujer que está allí con la bolsa verde (señala a una mujer de la plaza), ¿cuántas veces ha visto Cuatro bodas y un funeral? Pues seguramente tres o cuatro por la tele… ¿y por qué? ¿por qué es buena? No. Los hermanos Weinstein la vieron en Cannes y apostaron 80 millones de dólares en promoción para una película que había costado 4 millones.

Cuando hice mi primer corto, Fade, hice lo que me dio la gana, sólo podía ganar. Lo mismo con The birthday. Agnosia ya empezó a ser un híbrido… estoy construyendo una carrera al revés. Pero es que ahora, desde Grand Piano, voy a poder empezar a hacer The Birthday otra vez. No creo que haya perdido nada porque todas las ideas que he tenido están apuntadas. Creo que soy más audaz y soy mejor mago, he practicado más.

Hay gente que odia Agnosia y le encanta Grand Piano, no tengo nada que ver con ellos… hay gente que dice que Grand Piano es muy comercial pero yo no lo veo igual… creo que soy muy afortunado de estar viviendo esto. Voy a hacer dos películas más con Elijah Wood. Los dos somos ambiciosos, los dos nos apoyamos y al unirnos hemos evitados a 17 intermediarios… y Grand Piano es esa peli en la que Frodo toca el piano de la ostia y John Cusack sólo aparece al final. Es la primera vez que he hecho algo que esté a la altura de lo que yo soñaba con 16 años. En España no lo ha hecho nadie, cultura popular internacional, que digas “Ah, la de Frodo tocando el piano” dentro de 20 años. Yo no tengo palabras. La suerte que he tenido…

Se estrena en marzo en Estados Unidos, ¿nervioso?
Se ha estrenado en Austin, ha sido muy bonito, las mejores críticas han venido de allí… yo pensaba que la película era más antipática. Pero no estoy de acuerdo con ellos… creo que están exagerando. Y no es humildad, es que es buena por contraste.

¿Por qué piensas que es antipática?

Porque la gente quiere ver… a Nolan, la falsa importancia… una seriedad británica. Es como lo que dicen del Batman de Nolan “por fin Batman en serio”... ¿estáis locos? es una peli de un tipo disfrazado… es la jerarquía de géneros, me interesan códigos completamente distintos.

¿Qué códigos te interesan?
Agnosia sólo puede funcionar si no hablas castellano… si hablas castellano, nunca vas a entrar. Decían que Eduardo Noriega no estaba bien, no está ni bien ni mal, hace de tipo empanado, como el agente Cooper en Twin Peaks o el protagonista de Muerte en Venecia… no está bien ni mal, es un código.


Eduardo Noriega en Agnosia

Guillermo del Toro presentó en Madrid The birthday en el año 2005 y dijo “si fuera de Corea del sur nos haríamos pajas”... el cine oriental es contención de sentimientos y de pronto lefa y sangre por todos sitios. No puedes juzgar las interpretaciones, estás viendo un texto. A mi me da mucha vergüenza. El caso de Drive, por ejemplo.

Debe haber algo en Drive que os ha hecho mucho tilín porque no puede ser que… para mi el único problema es que es una peli post Thomas Anderson y post Tarantino… Estaría Pulp Fiction, Boogie nights y luego estaría Drive en el 2002, pero no en el 2012… ¿qué ocurre? Ver un gran director hacer una tontería de película, pues vale… quizá sea interesante… pero que la gente piense que es La PELI, pues me ofende.

¿y Tarantino funciona?
Si ves la última película de Tarantino ya no se diferencia ni de su imitador superficial, que es Guy Ritchie… he visto Django y no me lo podía creer. Yo vivo en un planeta en el que en el 98 hacen Rápida y mortal de Sam Raimi, que es más Robert Rodríguez, nadie estaba preparado para eso y a nadie le gustó, pero la gente en cambio ve Django y sí está lista. Otra cosa que tiene que salir en esta entrevista:

En expresión artística, una de las cosas más terribles que puedes hacer es tener razón antes de tiempo. Es horrible porque tener razón no existe: sólo está legitimado por los otros con lo cual si haces algo en el momento en que no toca y no pasa nada, lo haces en el momento justo y de repente, triunfa.

¿Hay algo que te guste? ¿que te motive?
Me gusta mucho James Gray. Es un tipo que no oculta ese código delicado que la gente, como está en inglés, acepta. Two Lovers es un melodrama como Agnosia, es antinatural… es todo muy forzado. Es como Douglas Sirk. Vuelvo al idioma… cito a Quentin Tarantino: “envidio a Pedro Almodóvar porque al rodar en un idioma que no es el nuestro puede hacer cosas que si yo las hiciera en inglés la gente se me echaría encima por ñoño o melodramático”.

Me gusta Ryan Johnson, a parte de que somos colegas: Looper me parece la falsa película mainstream más espectacular y con un mayor número de ideas. Podrás discutir que es un desastre en conjunto pero eso da igual. Las películas, si no van a ser buenas, al menos que sean un vehículo para grandes ideas y si lo son, ya me compensa. ¡Gente que me defiende a Dario Argento se mete con Looper! ¿Pero habéis visto lo que hace Dario Argento?

Hay mucho talibán del viaje en el tiempo y Looper no era matemática en ese aspecto
Este tema es muy delicado porque Nacho Vigalondo es amigo mío y ha hecho una película que es perfecta en los términos en que nunca son perfectas las películas de viajes en el tiempo, y yo me pregunto ¿qué significa eso? Siempre se lo digo a Nacho, ¿esto es una competición? ¡y se ve que sí! uno ve Doce monos y ve ochocientas mil ideas que nada tienen que ver con el viaje en el tiempo y lo que tiene que ver con el viaje en el tiempo es correcto porque es circular… A Nacho lo que le ha ido muy bien para su película es que está cerrada…

Otro que me interesa un monton: Shane Carruth. Toda la gente que dice que le gusta no entiende lo que está haciendo, pero intuye que hay algo ahí.

No te gustan las películas perfectas...
Cuando una película es perfecta hay menos espacio para las ideas y para el arte. Las pelis que se consideran buenas son una combinación perfecta de mediocridad y talento… El padrino, Tiburón son ejemplos perfectos… Son tres acordes y un estribillo que la gente recuerda y puede silbar. Yo no quiero hacer eso pero no porque quiera complicarlo sino porque quiero ofrecer algo distinto. Pero al mismo tiempo, me he criado con el cine popular. Con Spielberg… pero Spielberg se está destruyendo a sí mismo. La gente que me viene que si Tiburón es su mejor peli… pues claro, porque son las que puedes seguir, son las que no te pierdes… caben en sí mismas. Si no fuera por Spielberg yo no podría ver Tiburón.

Es lo que ocurre con Phenomena
Es lo que me cuenta Nacho Cerdá… les sacas de Regreso al futuro o Los Goonies… a la que pones El planeta de los simios, la gente ya no va. La gente cree que eso forma parte de su vida. Que me dejen en paz, yo no tengo porque transmitirles una sensación de seguridad…

Gremlins me encantó de pequeño, la volví a ver, pero Joe Dante aguantaba… y Gremlins es una película muy desastrosa, muy loca… No como Regreso al futuro que es perfecta, como un guion de Pixar.

Grand Piano es esto, un Joe Dante o un Robert Zemeckis menor… un autor que dirias de oficio pero que te cuela muchas cosas. En cambio, a Spielberg no se le cuela nada de su odio a los nazis en En busca del arca perdida. NADA. Cuando ves a los soldados nazis retrocediendo ante el arca, ves seres humanos acojonados… él quiere que el espectador sea uno de esos tipos y no los enseña como monstruos. Eso a mi me da mucho que pensar, de lo poco que se toma en serio, lo muy al servicio que está de un oficio y lo poco que se cuela de los que es de verdad. En el buen y en el mal sentido. No hace falta que te pongas en plan Haneke a hacer tesis, puedes hacerlo con cosas como Grand Piano. Hay frases que no he escrito yo y van a pensar que son mías. Vigalondo estaba obsesionado con que lo había escrito yo. “Eres tan tú”, decía.

¿Cuando vas a volver a The Birthday?
¿Volver te refieres a…? Estoy trabajando desde hace un tiempo en mi propia compañía, Paramirama y es un sello con el que voy a generar proyectos y lo que voy a hacer en algunos casos es apartarme como director.

Panamirama tiene otros contenidos: he producido un disco, son 40 minutos en audio con Jack Taylor, es música electrónica, es demencial, el grupo se llama Pagana. Cuando pueda voy a empezar a hacer un videoclip. Y voy a seguir haciendo bandas sonoras, me interesa mucho más que hacer publicidad.


En Los Ángeles se vuelven locos ahora mismo si vas con un proyecto escrito porque nadie lo hace, por muy mala que sea tu primera versión. Estoy muy motivado, me apetece escribir, ponerme plazos. Nadie me va a contratar. Quiero producir.

En cuanto a proyectos para cine, estoy escribiendo un guion… pero no va a ser mi próxima película… antes haré otra que tiene un tamaño asumible, los socios están en marcha. Sería imbécil si no le doy prioridad a eso que está escrito antes del verano. Hay un guion de consenso con un escritor, está pendiente de casting…

y luego te volcarás en un proyecto personal.
Exacto. En menos de cuatro años debería estar listo para enseñar. Estoy muy ilusionado, creo que encierra… me gusta mucho lo del arte secuencial incluido en las pelis. He encontrado un proyecto que abre como van a ser las películas después de esa y cierra como han sido las de ahora. Tiene que ver mucho con The Birthday, con Fade y con el disco que he hecho ahora de Pagana, muchísimo. Porque va sobre religión… el género es MYSTIC HORROR. Es lo que puedo decir. Es el fracaso de la religión… no puedo entrar porque es una tesis desarrollada y en la película se expone de una manera que creo que está chula porque no es "bla bla bla bla". Tengo otros tres proyectos que he estado desarrollando y éste es el que se puede hacer, los otros son más difíciles.


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